Opinión

El pueblo está feliz: ¡Táchira Campeón!

1 de diciembre de 2023

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Porfirio Parada

Porfirio Parada

 

Todavía se habla y se comenta del aurinegro y su décima estrella. Este lunes, dos días después de quedar campeón el equipo, se veía a distintas personas por la ciudad con camisetas del Deportivo Táchira saliendo a trabajar. Muchas personas con sus teléfonos celulares, siguen viendo el resumen del partido, algunas imágenes en la cancha y los aficionados, las celebraciones en San Cristóbal, el obelisco por la Avenida 19 de Abril, y en otras partes del mundo. El periódico Diario La Nación se agotó en varios kioscos y puntos de venta este lunes, pasé en la tarde por el diario para una diligencia, y estaba agotado el de cortesía. El periodista deportivo Homero Duarte Corona sintetizó en toda una página del periódico, lo que se vivió para ser campeón. Se ha visto mucho la narración y celebración del último gol de Táchira, por parte del tachirense el “Pipo” Vivas, de penal, en la voz de Manolo Dávila, quien con una voz muy emotiva, repitió en varias oportunidades que el pueblo del Táchira se merecía este campeonato.

Nunca se sabrá la real dimensión que tiene esta estrella. Se pueden saber las estadísticas, que ya de por sí, sus números son impresionantes, los récords que se obtuvo, cada partido y minutos disputados, de local y visitante, la suma del rendimiento en cuadros. Pero la dimensión del sentir popular, los sentimientos y emociones que produce ser hincha aurinegro, por los que viven aquí en esta región, por los que viven en el interior del país y por los que viven en otros países. El esfuerzo que muchos hicieron para ver los partidos del campeonato, los que viajaron de cualquier parte hasta el estadio de Pueblo Nuevo para ver la final con su equipo y su gente. Lo que se siente y vive aquí, se escapa de números, registros, y archivos. Es sin duda una de las muestras de amor y pasión más increíbles que pueden sentir los que son seguidores, hinchas y familia del Deportivo Táchira. No se sabrá las dimensiones por las adversidades y la crisis que ha sufrido el país, y en este caso el estado Táchira, una región golpeada por los servicios públicos, por las coyunturas políticas, la dinámica y contradicciones por ser frontera, por las despedidas o reencuentros de familiares, realidades que también viven los hinchas.

Al estadio fui con mi padre y luego llegó mi hermana. En la previa, el ambiente fue fenomenal, las emisoras de radio con sus locutores comentando cada detalle, entrevistas y ya transmisiones en vivo desde el estadio. Cuando nos acercamos, nos íbamos metiendo a una marea de hinchas aurinegros, gran cantidad de gente que subía por el trayecto principal o se unían pasando por barrios y otras vías alternas, salían y se sumaban, haciendo incrementar la masa humana. Hicimos una cola para ingresar por la altura de los pabellones, la cola era larguísima, pero quizás la mala organización en ese momento hizo que se rompiera la fila con la ausencia de efectivos de seguridad y trabajadores del equipo, y la gente empezara a subir, todos pegados, desordenados,  uno con otros, creando un tumulto, roces, apretones, sin embargo, a la gente poco le importaba, sabía que iba a entrar al estadio, cueste lo que cueste, sabían que estaban viviendo la fecha de un día histórico. Avanzamos entre cientos y miles de hinchas, entre empujones y emociones, entramos a la tribuna, sudados por el calor y el agite.

Se llenó el estadio muchos minutos antes de comenzar el juego. Caracas que tiene su historia y también sus campeonatos logrados (12) en el fútbol venezolano, Caracas que se ha convertido en el fútbol de Venezuela y también para muchos aficionados aurinegros y caraqueños en el máximo contrincante de Táchira (sin olvidar el clásico andino, Táchira y Estudiantes de Mérida) Táchira y Caracas una rivalidad en el fútbol pero que también ha existido en la vida política, social y cultural del país, desde hace muchos años. Caracas que en los números no llegaba a la final, pero llegó y luchó hasta el final. La barra de Caracas Los Demonios Rojos fueron al estadio e hicieron lo propio respaldando a su equipo. Escuché que encendieron velas en los baños, e hicieron algunos daños. En la tribuna principal inferior, cuando Caracas hizo el gol del empate, hubo un breve enfrentamiento, en un sector de las gradas, entre los aficionados aurinegros con un sector del palco reservado al equipo visitante. Objetos salían al aire, cruces de insultos, pero eso no impidió la gloria del equipo, la celebración con su gente, el pueblo está feliz, Táchira campeón.

Hubo cánticos, se hizo la ola, también hubo momentos de tensión, quedando por un momento el estadio en un silencio incómodo, solo escuchándose las dos barras. Hubo bengalas y luces de la linterna de los celulares, hubo carnaval y grandiosos momentos de felicidad. Fuegos artificiales. Hubo cantos que resonaron por todo el sector de Pueblo Nuevo y sectores adyacentes, canto, voz y grito al unísono. Hubo gente llorando de alegría o de estrés en los minutos finales. Cuando Táchira se coronó campeón pude tener el privilegio de celebrar en su mayoría de esa noche con mi padre, que ha sido hincha del equipo desde su primera estrella. Gracias a su influencia y a su invitación a ir al estadio desde niño, pues con el paso de los años me he convertido en un hincha más. Junto a mi hermana, fuimos a una de esas licorerías cerca del estadio, donde por muchos años ha sido punto de encuentro y de celebración de partidos de fútbol. Los tres hicimos un brindis y hablamos de las impresiones que nos dejó la final, cuyo árbitro fue Jesús Valenzuela, por hoy el mejor árbitro del país y uno de los mejores de Latinoamérica. Entre los videos que vi después del partido fue uno de un jugador del Caracas, luego de ganar Táchira, fue a la otra mitad del campo donde estaba celebrando los jugadores, y se acercó a saludar al equipo contrario, gesto de un gran jugador y caballero, esas cosas de una final también se aplauden.

Hay jugadores del Táchira de esta campaña que quedarán en la historia de esta región y en la memoria colectiva del pueblo. Jugadores de mucho nivel, unos más técnicos, otros más vistosos, y otros que sudaron la camiseta, a pesar de las críticas, algunas sin fundamentos y hasta malsanas por parte de algunos locutores. Los jugadores argentinos, los que son del interior del país, los de aquí, los suplentes que entraban y rendían, demostraban su compromiso con los colores. Esli García ¿cómo pudiste picar la pelota en los penales en una final con Caracas y con un estadio lleno? No sé si está loco, pero con ese gol reafirma su rebeldía y carácter futbolístico en la cancha, reafirmó su sangre fría en la jugada y movimiento. Un gran jugador que se hizo amigo de la afición, de esos jugadores distintos que son pocos en el fútbol nacional y mundial. Vimos cuando el equipo levantó la copa, vimos cuando el campeón dio la vuelta al estadio mostrando la copa a su gente. Vi gente celebrar cerca del estadio, vi mujeres con sus niños felices. Presencié una noche histórica más en Pueblo Nuevo.

Me gusta que venga un periodista deportivo tan reconocido en Venezuela como Humberto Turinese, desde Caracas y realice un video de la previa del juego y del juego mismo, que muestre al país y al mundo cómo se vive la emoción del fútbol aquí y la pasión de ser hincha aurinegro. En su celular grababa a una mujer subiendo al estadio, ella le mostraba un tatuaje del escudo de Táchira en uno de sus brazos. Me gustó y como no emocionarse con la voz de Kike Rosales en la previa, su voz en uno de sus varios pensamientos que expresó sobre el equipo y su valor en la gente y la región, apoyando la voz con un collage de videos de Táchira. Me gustó la caravana, las fotos y los videos, la gente que salía de sus casas para agradecerles por el campeonato, disfruté las imágenes que veía de la celebración en el obelisco y mucho más. El jugador Pablo Camacho subió a una parte impensable del obelisco, creo que es la primera vez que un jugador campeón celebra de esa manera, se le veía en lo alto, ondeando una bandera aurinegra, se veía libre, celebrando la libertad de un campeón. El argentino Ritacco tocando el bombo como un hincha más. Y los demás hinchas celebran, seguirán celebrando, hoy viernes lo seguirán haciendo. Pero a la vez ya están pensando en el próximo año, en la Copa Libertadores, en la Liga Futve, piensan en más triunfos y goles, piensan en buenos partidos de fútbol, pero sobre todo, ya piensa en la nueva gloria aurinegra.

 

Lic. Comunicación Social
Presidente de la Fundación Museo de Artes Visuales y del Espacio del Táchira

Locutor de La Nación Radio 

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