160 vehículos están cruzando cada 10 minutos en horas pico
Jonathan Maldonado
El número de vehículos que cruzan a diario el puente internacional Simón Bolívar, con destino a Colombia, ha bajado en los últimos días. De 17 mil que pasaban a diario, disminuyó a cerca de 12 mil.
En horas pico, están atravesando cada 10 minutos alrededor de 160 carros y motos por el trayecto internacional, lo que se traduce en 960 vehículos por hora, en los lapsos de mayor movimiento.
Cada día son menos los ciudadanos que arriban a la frontera, del centro del país, a hacer compras en Cúcuta o La Parada. Los productos colombianos están llegando a granel mediante el intercambio comercial binacional, luego de la reapertura progresiva de frontera que tuvo como día central el 26 de septiembre de 2022.
De 9:00 a.m. a 6:00 p.m., ambos carriles presentan gran movimiento por el tramo que une a San Antonio del Táchira con La Parada. En los lapsos de 600 a.m. a 9:00 a.m. y de 7:00 p.m. a 9:00 p.m., baja considerablemente el tránsito por este punto formal.
Recientemente, las casas de cambio manifestaron la caída de usuarios. De 100 que atendían en cada jornada, disminuyó a 50, es decir, un descenso que raya el 50 %. Este mismo escenario se ubica en la mayoría de comercios de La Parada y en la ciudad de Cúcuta.
Un comerciante de La Parada, consultado por el equipo reporteril de La Nación, indicó que las ventas han caído considerablemente en comparación con el mes de diciembre del año 2022. Ubica el descenso en 35 %.
«En mi negocio vendo de todo, desde comida para animales hasta productos de higiene y alimentos de consumo humano. Lo que más sale ahora es la venta al detal, pues la venta al mayor es lo que más ha bajado», señaló.
Nelson Fuentes, conductor, ingresó hoy a Colombia a las 10:00 am: «Paso a Cúcuta cuando realmente necesito algo que no consigo en Rubio. La comida la compro en mi comunidad, antes uno venía al vecino país a eso, pero los productos colombianos abundan en todos lados y el precio es casi el mismo».
En torno a San Antonio del Táchira y Ureña, el panorama es más lóbrego. El poco comercio e industria sobrevive en medio de cortes eléctricos y falta de incentivos que reaviven la economía formal del eje.