Elaborar el muñeco de Año Viejo tiene trabajo. Muchos tachirenses dedican horas para transformar materiales de reciclaje en bellas obras, que son admiradas por todas las personas que los pueden ver al transitar por calles y avenidas.
En trabajo gráfico de Tulia Buriticá para Diario La Nación se muestran tres ejemplos que destacan.
Ralph, por la calle principal del barrio Las Flores. Tiene unos tres metros de alto, es ancho de pecho y de espaldas. Excelente acabado.
— Lo hicieron los muchachos del barrio. Es tradición de muchos años. Fueron como tres semanas de trabajo — dijo Freddy Morales.
Por la calle 3 de La Concordia, entre carreras 11 y 12, la familia de Kemberlin Flórez nuevamente tiene un Año Viejo de la familia. Una vecina regaló la ropa y otros han dado aportes para comprar la pólvora.
— Es una tradición de familia tener un muñeco para quemar el 31 de diciembre. Este año se sumaron mis dos hijos, mi esposo, mis hermanos. Es tradición y eso me gusta — dijo la señora Flórez.
Transformer se luce por la carrera 5 de La Concordia. Es un hermoso trabajo de colores. Una réplica perfecta de los muñecos que vemos en el comercio.
Víctor Salas narró que se trata de un trabajo de cuatro meses, de cuidar los detalles, de transformar cartón y muchos otros materiales.
Aplausos para todos quienes se esmeran por mantener viva esta tradición de fin de año por tierras del Táchira. (JLG)