Desde hace tres años invita cada diciembre a personajes populares y habitantes de la calle a compartir su plato navideño
Daniela González
En las calles de Colón, la Navidad adquiere un brillo especial gracias a la iniciativa de Jesús Abdul Ortiz Delgado y su familia, en Sport Plaza. Aunque sea sólo una cena al año, este evento representa mucho más para aquellos que llaman a las calles su hogar.
El calor de un plato caliente y la sensación de ser queridos se vuelven regalos sentimentales, para un grupo de personas que esperan sentirse incluidos en un hogar.
Jesús Abdul Ortiz, conocido por liderar el desarrollo de atracciones y juegos de niños en la plaza Sucre, va más allá de las estructuras de juego.
Anualmente se embarca en la noble tarea de localizar a cada habitante de la calle y personajes populares, ofreciéndoles un lugar en su hogar para compartir una cena navideña. Entre los invitados destacan personajes como Maduro, Adrián, Felicia, el popular Richard, Yuli, y otro grupo de personas que por una u otra razón de unen a la mesa.
«Nos tildan de locos o inventores por nuestras atracciones artesanales, pero lo que pocos ven es que estamos generando fuentes de trabajo», destaca Ortiz. Su enfoque va más allá de la crítica, ya que busca proporcionar empleo y oportunidades a aquellos que a menudo se les ha dificultado encontrar un trabajo.
Ortiz enfatiza que su compromiso con el progreso no se limita a la cena navideña o las ayudas sociales que él y su familia siempre realizan en el municipio Ayacucho.
Su proyecto en la plaza Sucre ha beneficiado a siete familias, proporcionándoles empleo y asignándoles 50 % de las ganancias generadas por las atracciones y juegos mecánicos.
«Ahorita por decir, tenemos siete aparatos en la plaza Sucre, donde siete familias se benefician. Todo lo que producimos, el 50 % va directamente a quienes trabajan allí», explica Ortiz, y el dinero restante es para arreglar y mejorar las atracciones.
A pesar de las críticas y desafíos, él es una luz de esperanza y progreso en las calles de Colón, demostrando que la caridad y la nobleza pueden cambiar vidas, incluso en la época más mágica del año.
«A veces hemos ayudado a personas como a un muchacho que le montamos un negocio, y nos pagó mal; pero aún sin importar seguimos ayudando a los demás, cada vez vamos evolucionando, creando fuente de empleo, ayudando y motivando al resto de los colonenses porque creemos en un municipio sin necesidad de salir a otro país para poder crecer», dice el hombre quien a día a día va trabajando en un proyecto profesional y social.
Aunque en oportunidades la vida ha sido dura, la esperanza no se desvanece en la familia de Sport Plaza, quienes gracias a la unión y el calor de su hogar, calientan la vida de los más necesitados.
«Detrás de ese loco soñador e inventor de todos los días, levantarse y buscar algo nuevo, detrás de un objetivo, levantarse, ayudar y que la ciudad crezca», culminó Jesús Abdul Ortiz.