Política

Sectores educación y salud exigieron salarios dignos en frontera

10 de enero de 2024

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Los ciudadanos se congregaron en la icónica plaza Miranda, en San Antonio del Táchira

Jonathan Maldonado

Los profesores jubilados y activos, acompañados por el sector salud, respondieron al llamado de protesta pacífica desde la ciudad de San Antonio del Táchira, en el municipio fronterizo Bolívar, para exigir salarios dignos.

Los convocados fueron llegando de forma graneada a la plaza Miranda de la jurisdicción. Aunque esperaban más participación, no se amilanaron y se pronunciaron en nombre de todos, pues «las necesidades son las mismas y nos aquejan los mismos problemas».

«Con hambre no se puede enseñar. Con hambre es muy difícil presentarse ante los alumnos y estar modestamente vestido», afirmó el profesor jubilado Álvaro Manrique, con la anuencia de sus compañeros.

Lo que gana actualmente, asegura, no le alcanza ni para cubrir su alimentación y sus medicinas. Su sueldo mensual llega a los 100 mil pesos, una cantidad que no representa ni compensa los más de 30 años que estuvo en las aulas, impartiendo conocimiento y formando a los jóvenes del mañana.

Para el docente, los profesionales de la educación ya no tienen opciones para entretenerse. «Ni para ir al cine en Cúcuta nos da el sueldo», enfatizó con la esperanza atada a sus palabras.

«Un profesor activo no puede comprarse ni un par de alpargatas», prosiguió, al tiempo que aprovechó la oportunidad para conminar a los maestros que aún están en las aulas a no tener miedo, a no dejarse amedrentar por nadie, a actuar en base a la realidad del país.

«Estoy aquí motivado por una mejor vida. Esto es una parte de la vida que se nos está yendo, no porque no hemos dado, pero tenemos una realidad muy lamentable. La gente se está muriendo de mengua, abandona las aulas porque no se cubren las necesidades», enfatizó.

«Aquí no estamos por rebeldía

ni capricho, sino por necesidad»

«¡Queremos un sueldo digno!» es la frase que más repetían los profesores activos y jubilados en frontera. Doris Morales, profesora activa, atendió al llamado de protesta pacífica. Para la ciudadana, el salario de un docente debería estar en 500 dólares, aproximadamente. «Lo que ganamos en la actualidad no nos da ni para sobrevivir», soltó.

La docente lleva 16 años en el ejercicio de su profesión. Su sueldo, en pesos, se acerca a los 55 mil al mes, una cifra «que no me da ni para comprar las verduras. Aquí no estamos por rebeldía ni capricho, sino por necesidad», dijo.

Pide a las autoridades ponerse las manos en el corazón y atender el llamado de un grupo de profesionales que sigue dando lo mejor de sí en las aulas, pese a los salarios tan bajos.

(INTERTITULO)

«Pareciera que nuestras

palabras se las lleva el viento»

Roberto Duque, con más de 46 años en el sector salud, salió una vez más a las calles de la frontera a exigir un suelo digno para los empleados públicos de Venezuela.

En compañía del grupo de docentes, Duque considera que sus palabras, y las de sus compañeros, se las lleva el viento, ya que no hay pronunciamiento de las autoridades para atender sus reclamos.

Calificó de deplorable lo que viven los sectores salud y educación. «Tenemos compañeros con fracturas y ni una gasa puede aportar el hospital, porque no hay insumos», destacó. «El Gobierno no responde por la salud de nosotros».

Pese al actual escenario, no se cansa de levantar la voz. Roberto Duque es una de las caras más visibles del sector al momento de exigir reivindicaciones.

«¿Cómo uno le colabora a un compañero enfermo si no tenemos ni para nosotros?», enfatizó el ciudadano, mientras recalcaba que la «lucha sigue en la calle».

Instaron a los demás profesores a unirse a la protesta y recordaron que no son los representantes los que deben dar una cuota semanal, en pesos, para cubrir parte del salario de lo que el Estado debería pagar.