Ciudadanía manifestaron su incomodidad ante la falla de los servicios

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Jonathan Maldonado

“Agua y luz” son los reclamos más frecuentes de ciudadanos de los municipios fronterizos Bolívar y Pedro María Ureña. En la mayoría de barrios el clamor se intensifica ante la falta de respuesta a corto plazo.

Belén Ramírez, habitante del barrio Curazao, manifestó su molestia por la “ñapa” que están recibiendo en el día en torno a las suspensiones del servicio de electricidad. “Como si fuera poco con los cortes diurnos, ahora se suman los de la noche, que hacen más agobiante la situación”.

Ramírez, de 52 años, detalló que en los horarios nocturnos, los cortes van de 7:00 p.m. a 11:00 p.m. o de 11:00 p.m. a 3:00 a.m. “Este último es el más estresante, pues es en un lapso donde deberíamos estar descansando, durmiendo”, argumentó.

Aseguró que las familias de frontera están pasando en vela la noche, ya que los calores no se mitigan por la imposibilidad de prender un ventilador o aire acondicionado. “Es muy inhumano lo que estamos padeciendo”.

A este escenario, se suma la falta de agua potable. Hay zonas donde sobrepasan los 30 días o mes y medios sin el servicio. La opción del camión cisterna es costosa para la mayoría. “Cobran de 30 a 70 mil pesos, todo depende del litraje y la distancia que recorra el vehículo”, aseveró Renzo Cuevas del barrio Simón Bolívar.

Para Cuevas es urgente que las autoridades hagan algo al respecto. Lamentó la precariedad de un servicio que, a su juicio, es vital en cualquier comunidad o sector. “En vez de mejorar, vamos como el cangrejo, hacia atrás”, prosiguió el sexagenario.

El ciudadano de la tercera edad también hizo mención de los cortes, los cuales se contabilizan tanto en horario diurno como nocturno. “Son pocas las horas en las que estamos con el servicio. Es mucho atraso, por eso la migración no se para”, añadió.

Los grupos de WhatsApp y estados se han convertido en una trinchera digital por donde la gente drena y manifiesta sus incomodidades. Dicen no ver una solución a corto plazo.