Regional

Aguas servidas hacen estragos en El Bosque

31 de enero de 2024

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Freddy Omar Durán

Por la calle principal del sector El Bosque de Zorca San Isidro brota un sonoro y abundante caudal que podría alarmar por ser un desperdicio del vital líquido tan necesitado en esta época seca como pocas.

Pero no son esas las razones de la inquietud, pues en realidad se trata de un “río de aguas servidas”, que hace estragos tanto desde el exterior de una vía en franco deterioro, no obstante desde el interior del terreno que sostiene las casas de la mencionada localidad sufre un socavamiento aún mayor, y que se manifiesta en cada una de esas viviendas.

Si muchos no han desalojado, es porque no tienen más para dónde ir…

Las aguas contaminadas han encontrado su mejor desfogue desde una boca de visita por el que se escurre el río, pero también ha encontrado otras salidas en los patios de algunas casas, formando peligrosos depósitos, que contribuyen a socavar aún más el suelo.

El hogar de Maury Soraya Sánchez Chacón lleva casi dos meses con el pozo que brotó en el patio que da a una parcela donde se acumula la maleza, y por supuesto un antihigiénico embalse en el que las ranas croan alegremente, y del que escurre agua que no para de humedecer y plagar de moho un tramo de la vía principal de Zorca San Isidro, y que es pisado por transeúntes no enterados de la calidad del charco.

—Las aguas del encloacado dañado cruzan la carretera y ahora por detrás de mi casa se formó el pozo que trae malos olores, y todo tipo de animales. Se nos están corriendo las bases de las casas y se están agrietando las paredes. El terreno se está bajando peligrosamente, afectando alrededor de 15 casas— denunció Chacón.

En el impensable e indeseable destino de un derrumbamiento de casas de El Bosque, las mismas terminarían su declive sobre las casas de sus vecinos de más abajo.

Lourdes Prato, vecina de Zorca San Isidro, anida ese temor y por eso ha gastado una gran cifra en remover tierra en la parte trasera de su casa, donde un muro de tierra amenaza con penetrar a su propiedad. Por las paredes laterales del estacionamiento se ve y percibe el verdor de la humedad.

Ha tenido que cavar para que las aguas sucias y pluviales tomen otro rumbo, ya que el terreno de atrás se ha levantado; aunque también ha tenido que rellenar en otros puntos donde se ha presentado hundimiento. Un complejo problema tectónico con el que ya no sabe lidiar y que ruega a Dios no desencadene una tragedia.

—Yo había excavado hasta dos metros el terreno detrás de mi casa, hasta 4 veces con un gran gasto en obreros, y mire cómo ha subido al nivel de la puerta de salida. Debo seguir picando para que haya desagüe. Y por otra parte se está hundiendo, y en vez de sacar tierra, tengo que echarla. El tubo de encloacado que tiene que ir mas debajo de la viga de arrastre, como se ve está superficial— manifestó preocupada Prato.

La naciente de las aguas servidas se ubica en todo el frente de la Escuela Básica Tarabay, con sus puertas cerradas y un monte devorando unas instalaciones actualmente inhabilitadas, pues sufrió los efectos destructivos de los deslizamientos del terreno.

El sonido del caudal puede recordarnos la sinfonía de la cañada campestre; pero los malos olores, y el peligro incluso para quienes bajan por una vía empinada y resbalosa, sufriendo el menoscabo, nos espanta cualquier imagen idílica. Y lo peor es que una parte de ese brote de infecciones se desvía rumbo a la quebrada La Zorquera por un drenaje de hormigón, diseñado para las aguas pluviales, que atraviesa una plaza infantil.

La labor de recuperación de ese lugar por parte de la comunidad para el esparcimiento de los niños sencillamente ha sido echada a perder por ese incomoda emanación de malos olores.

Las otras consecuencias de la libre circulación de estas aguas se localizan en una de las vías de gran tráfico de vehículos y peatones de Zorca San Isidro. Algunos caminantes no se percatan del estado de insalubridad de un charco, ni del riesgo de un “resbalón”, que no se seca ni con los fuertes calores de uno de los veranos más intensos de estos días; mientras que otros tratan de saltar sobre él o con dificultad lo rodean.

Detrás de la casa de Lourdes Prato, un muro de barro amenaza con venirse de un momento a otro, pues las filtraciones de aguas negras lo han hecho inestable. (Foto/Freddy Omar Durán)

Maury Soraya Sánchez Chacón, ya lleva casi dos veces aguantando un pozo que brotó por el patio trasero de su casa y solo es fuente de malos olores e insectos indeseables. (Foto/Freddy Omar Durán)