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23 de noviembre de 2024
Carlos Casanova Leal
Si algo hay que lamentar en Venezuela de las tantas cosas por lamentar, es la carencia de un debate ideológico, político, económico y social de altura; la discusión política se ha degradado al punto de que cualquier afirmación constituye un eje central de discusión.
Estamos viviendo en consecuencia en modo de simulación, y es un fenómeno que aparece cuando los actores políticos fingen las posiciones que asumen, manipulan la realidad para obtener beneficios, esa simulación política adopta formas como la desinformación, el fraude electoral, el clientelismo, y con ello su papel en el ejercicio de la simulación se ve cumplido.
Con la simulación se engaña, por ejemplo, el que le hurta el traje de opositor al que realmente lo es para parecer ser opositor; el que reproduce el discurso del que adversa encontrando la afirmación central del adversado una cierta fuerza de convicción, ya que lo mismo que por ejemplo dice el Gobierno lo acepta y repite el que hurtó el traje de opositor.
Pero la simulación requiere fingimiento, poner cara de dolor o de preocupación necesita histrionismo; esto es, asumir posiciones corporales al hablar y entonaciones fuertes para hacerlas pasar por firmes, al final la simulación de lo que no se es en política es un engaño; por ejemplo, nadie simula ser gobierno en razón de que el que es gobierno lo es; pero el que simula ser opositor en realidad no lo es, y ello es dolo, hipocresía, donde la víctima es el ciudadano.
La vida en simulación es muy dura, ya que ves una realidad que no es verdad, de donde la segunda víctima de la simulación es la verdad. El ciudadano cree lo que no es verdad; por ejemplo un dirigente admite su liderazgo en hechos violentos, la justicia lo libera de culpas pero los que siguieron al que admitió quedaron bajo presentación, y otros estimó presos.
Por ejemplo, se agita el discurso político señalando “no gobernará la extrema derecha en este país” y surge la pregunta: ¿Y quién gobierna en este país? ¿No es la extrema izquierda? Pues claro que es la extrema izquierda. Y es cuando la batería de simulaciones endulza la realidad de ser gobernado por la otra extrema haciéndose parecer que no los es por la intervención de los simuladores políticos, que pueden ser personas que las hay y partidos que también los hay.
Dato curioso: En este momento político, en Venezuela no hay simuladores políticos de derecha que estén en favor del gobierno de la extrema izquierda. Todos los simuladores políticos dicen ser de izquierda, pero como es simulación tampoco lo son, simulan para su propio beneficio, ideológicamente no son nada, solo simuladores.
Por ejemplo, un debate desde la izquierda sería: ¿Esta revolución socialista creó su propio modelo o lo copió? Los que dicen que no, deben probar en consecuencia que no es el modelo cubano; y en contrario los que afirman que sí lo es, presentar en resultados comparados el hecho de serlo.
Ahora bien, si no existieran simuladores políticos de izquierda, estarían dando el debate frente al Gobierno para decirle que copiaron el modelo fracasado de Cuba cuando pudieron copiar el modelo noruego exitoso.
Una afirmación curiosa que se dio en la Asamblea Nacional: Todos los partidos y diputados rechazan la imposición de sanciones y señalan que las sanciones impuestas por EEUU son la causa de nuestros males, y me pregunto: ¿Pero la revolución no nos haría independientes del imperio gringo? Esto es independientes en razón a que soltamos las amarras al imperio, y las sanciones no les facilitó ese trabajo de decir y no independizarse.
Lo cierto es que las sanciones demostraron que no resuelven el problema, imponerlas conducirá al mismo resultado, no resolver nada. Pero el debate y no el lloriqueo de las sanciones debe llevarnos a señalar que estamos como estamos en razón a que lo que vivimos es el modelo, no existe otro, es este; lo que sucede es que vivimos en la simulación, vivimos así por culpa de EEUU; Cuba lleva 65 años y Venezuela 25 con la misma excusa.
Turquía es la décimo tercera economía del mundo, y tiene sanciones; Irán uno de los mayores exportadores de petróleo, país sancionado; China se abrió al mundo en la década de los años 70, primera economía del mundo; Rusia, país sancionado, es la 5ª potencia económica.
Con esto queda claro que estos países tienen independencia de EEUU, del que tienen sanciones, y de la UE, y existen como países, son potencias. Venezuela está mal no por las sanciones, es por el modelo que copiaron, copiaron el modelo fracasado y los simuladores le siguen el juego.
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