Santiago, Chile | AFP | El expresidente chileno Sebastián Piñera, fallecido este martes en un accidente de helicóptero, fue un hábil multimillonario que gobernó durante dos mandatos, el último empañado por un estallido social y acusaciones de corrupción.
Piñera falleció en un accidente de helicóptero en Lago Ranco, un sector de vacaciones a 920 km al sur de Santiago donde pasaba vacaciones de verano junto a algunos de sus hijos y nietos.
«Con profundo pesar comunicamos el fallecimiento del expresidente de la república de Chile, Sebastián Piñera Echeñique» a los 74 años, luego de que su helicóptero se estrellase cerca de las 15H00 en el Lago Ranco, región de Los Ríos, mientras viajaba junto a otras tres personas que sobrevivieron, dijo su oficina.
El exministro de Educación de su gobierno y vecino de Lago Ranco, Gerardo Varela, señaló a medioc chilenos que «no se sabe bien si (el expresidente) tuvo un infarto o no, pero no habría sido capaz de sacarse el cinturón y, en consecuencia, se habría hundido con el helicóptero».
Exaccionista de la aerolínea chilena LAN -hoy la internacional LATAM-, de un canal de televisión y del club de fútbol Colo Colo, fue el primer presidente de derecha desde el regreso de la democracia tras la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990).
La revista Forbes llegó a estimar sus activos en 2.400 millones de dólares.
Entusiasta y siempre activo, Piñera, que había cumplido 74 años el pasado 1 de diciembre, ostentaba un doctorado en economía de la Universidad de Harvard y era conocido por pilotar su propio helicóptero.
Casado con Cecilia Morel, padre de cuatro hijos y con nueve nietos, fue presidente de Chile en dos oportunidades, entre 2010 y 2014 y entre 2018 y 2022.
«Tendrá todos los honores y reconocimientos republicanos que merece», dijo la ministra del Interior, Carolina Tohá, del gobierno de izquierda del presidente Gabriel Boric, apenas conocida la noticia.
Hijo de un exembajador democratacristiano, fue el único gran empresario chileno abiertamente opositor a Pinochet.
Elegido senador al volver la democracia, se alineó con la centroizquierda en votaciones cruciales en el Congreso, por lo que fue visto con desconfianza por los sectores radicales de la derecha.
Lideró la renovación de la derecha en la llamada «Patrulla Juvenil». De esos tiempos viene su apodo de «La Locomotora».
En su primer gobierno lideró las labores de reconstrucción del país tras el potente terremoto del 27 de febrero de 2010, y el exitoso rescate de los 33 mineros atrapados en Atacama.
Fiel a su estilo, recorrió el mundo con un mensaje de vida de los trabajadores atrapados al interior de una mina de cobre en el desierto chileno.
Ganó su segundo mandato en 2017 bajo el lema «Únete a tiempos mejores», pero en su segundo paso por La Moneda no tuvo la misma suerte, ya que fueron cuatro años de tormentas sociales, derrumbe de la confianza en las instituciones y una profunda desconexión entre la sociedad y la élite.