En capciosas propuestaspara timar incautos y desprevenidos, siguen difundiéndose por internetlos falaces programas gratuitos.Aunque penados internacionalmente en numerosos países como delitos públicos de extorsión y confiscación, persistenhoy con absoluta impunidad medianteenclaves cibernéticos.Son numerosos planes ficticios para desterrar gérmenes y bacterias en cualquier equipo de computación.Lo más descarado es que esas inescrupulosasempresas mienten a la saciedad. Su trama es la sigilosa estafa de sembrarle al confiado usuario gusanos y microbios imborrables a través de avisos publicitarios, videos, rarezas o curiosidades. Pero al final, en secuencias infectadas, trucanimágenes y vistas pornográficas, también criminalizadas a nivel mundial. No obstante, continúan burlándose de las autoridades y de sus ingenuos clientes. Así logran confiscarle a usted su privacidad con daños difíciles de extirpar en su computador, tableta o móvil.La cínica defraudación la completan con simuladas invitaciones a conectarse a las redes sociales a través de “social new pages”advirtiéndole que su equipo está bajo amenaza de nuevos virus informáticos y luego de eliminarle en forma segura su conexión a “js: miner-e (trjl).¡Cuidado!, además de esparcirle estas páginas contaminadas, le intercalan adrede errores y yerros, para obligara sus potenciales víctimas, después de garantizarle la supuesta erradicación de esos peligros, en contratarservicios igualmente punibles de secuenciasinevitablesde vistas y fotos y pornográficos: En ningún momento abra esas páginas nocivas.Desde ya, extrememos previsiones a fin de evadir estas delictuosas artimañas laberínticas como las de Avast, AVG y muchas otras en extorsiones de ofertasantivirus. (Germán Carías Sisco)