Nuestro calendario solar no es perfecto: el año no tiene exactamente 365 días, pues siempre a cada año le sobran algunas horas que algo convencionalmente suman las 24 horas cada cuatro años, es decir un día más, y que le es asignado al final del mes de febrero, el más pobre pues apenas si alcanzaron a concederle los 28 días que en año bisiesto se convierten en 29 días, mientras que a los otros meses del año les correspondió alternadamente 30 y 31 días.
Una circunstancia temporal anómala, que como todo lo extraño inspira la superstición, que ningún avance en conocimientos de la humanidad ha podido exorcizar. Y aunque no cuenta con la misma mala fama de los “viernes 13”, muchos preferirían no ejecutar el 29 de febrero cosas importantes; no obstante, por lo general, se adjudica a todo el año completo la propensión a albergar acontecimientos nefastos.
Incluso hay quienes se ponen más alerta para documentar la “precisión” con que la superstición se cumple.
Cada año trae sus desgracias, cada año ocurren fallecimientos y cada año se fracasa estrepitosamente; pero si algo de eso ocurre en año bisiesto se hace especialmente notorio.
No obstante, contra el 29 de febrero se puede levantar un expediente que incluye como hechos más destacados: el engaño de Cristóbal Colón al pueblo jamaiquino (1504), el ataque al pueblo Deerfield (Massachusetts) (1704) con un saldo de 100 muertos, el asesinato del dirigente comunista argentino Raúl Alterman (1964), el accidente del Vuelo 251 de Faucett Perú (1996) y el derrocamiento en Haití del entonces presidente Jean Bertrand Aristide (2004), tal vez este último hecho, con el significado suficiente para ser catalogado como capaz de dar un viraje “decisivo” en la historia.
En Irlanda se cree de buena suerte nacer el 29 de febrero y se hacen regalos especiales para los cumpleañeros, conociéndose ese día como Día del Soltero o Privilegio de la Dama. En muchos países ese día se evitan los enlaces nupciales.
A Anthony, ciudad del estado de Texas, se le ha denominado “Capital Mundial del Año Bisiesto”, porque la mencionada fecha se celebra un festival especial. Incluso existe una “Sociedad Honoraria del Año Bisiesto” que agrupa a 10 mil personas.
Muchas preguntas
Son muchas las preguntas en torno a este extraño “ajuste de cuentas” en el calendario, y una de ellas ¿por qué le tocó a febrero el honor de tener el día 29?
Primero hay que decir que entre la manera como desde los sumerios y babilonios (hace 5000 mil años aproximadamente) se ha establecido el calendario, producto la compaginación de los ciclos lunares, a partir de los cuales se acotaron los meses, y los solares, pues un año es lo que tarda la Tierra en girar alrededor del Sol.
Al Imperio Romano debemos la evolución más actualizada del calendario, primero con el calendario Rómulo de 10 meses y que comenzaba en marzo en coincidencia con el equinoccio de primavera, sin existir enero ni febrero. Estos dos últimos fueron introducidos por el rey Numa Pompilio en el año 732 A.C.; no obstante su duración era de 355 días, y a febrero le tocaba la peor parte en la repartición de los días con 28.
Asesorado por el astrónomo y filósofo Sosígenes de Alejandría, y adoptando prácticamente el calendario del reino gobernado por Cleopatra, es decir Egipto, Julio César, estableció las correcciones necesarias para llevar el año a 365 días, en el famoso calendario juliano, y que impuso la necesidad del año bisiesto, en tanto tal periodo realmente se determinó de 365,25, es decir que en cuatro años (0,25X4) se sumaba un día más.
También se determinó que el primer mes fuera enero y no marzo, aunque se mantuvo que a febrero le tocará el residuo entre la división de días del año; mientras que para los otros meses por alternancia les correspondía 30 o 31 días; pero eso sí cada cuatro años se le adicionaría el día acumulado.
Ya en el “definitivo” calendario ordenado por el Papa Gregorio XIII para 1582, se fijó la duración del año en 365,2425 días, cifra que plantea un problema pues requiere un ajuste de un día cada 3323 años, es decir para ese futuro el año bisiesto tendría que ser de 367 días. Y eso que no hemos hablado de mediciones científicas más precisas de la traslación de la Tierra, y que definitivamente nos permite concluir que la fecha de 29 de febrero es una simple convención basada en mediciones inexactas.
Otra pregunta sería: ¿Cuándo cumplen años los que nacen el 29 de febrero? Por lo general a los nacidos ese día se les registra en sus partidas el 1 de marzo, por lo que, menos en año bisiesto, se le considera la fecha de celebrar. Pero encuestas realizadas a los nacidos en ese día concuerdan en que ellos consideran que realmente cumplen años el día 29 cada cuatro años.
Freddy Omar Durán