Por Omaira Labrador
Como cada año Potosí vuelve a ser visto.
Emerge puntualmente y deja ver las ruinas de la iglesia. Iglesia cuyo esqueleto sigue erguido pese al sol y agua. También hay vestigios del cementerio.
Pobladores del municipio Uribante –estado Táchira- no solo pueden volver a ver la iglesia sino también caminar por su querido Potosí. Con ello llegan los recuerdos del pueblo que pareciera negarse al olvido y al destierro total. Allí hablan de quienes vivieron y se marcharon para otros lados. Allí hablan de quienes murieron.
Las ruinas de Potosí cada año recuerdan que este pueblo fue sepultado en 1984 por el agua, para construir el Desarrollo Uribante-Caparo. Para darle paso al desarrollo. Para que la energía eléctrica no faltara.
Como cada año observar los restos de Potosí es comprobar que hay sequía en el Táchira. Y esto fue lo que quiso mostrar el gobernador Freddy Bernal Rosales, que el domingo se trasladó al sitio con un grupo de periodistas, para una vez más mantener la tesis que la sequía afecta el normal desenvolvimiento del servicio de energía eléctrica; servicio por los que hay tantas quejas en el estado.
“A los que están diciendo que es mentira que los niveles de agua están bajos, por acá les dejo esto, donde verán que la Iglesia de Potosí se encuentra totalmente rodeada de un jardín verde y no de agua. ¡Véanlo!” dijo el gobernador Bernal Rosales, al tiempo que mostraba los vestigios del que fue el centro de oración de los católicos en Potosí.
…Potosí emerge puntualmente.
Fotos: Cortesía de la Gobernación del Táchira.