La muerte de al menos 12 niños waraos en las localidades indígenas de Sakoinoko y Yorinanoko, son investigadas por una comisión de la Dirección Regional de Salud del estado Delta Amacuro que arribó el pasado martes a la comunidad de Nabasanuka.
La comisión llegó a Nabasanuka porque es allí donde funciona un hospital que atiende a otras comunidades cercanas y cuenta con un internet satelital intermitente. Esta zona se encuentra a unas ocho horas por vía fluvial desde Tucupita.
El cacique de Nabasanuka, Enrique Moraleda, reportó que al menos nueve niños habían muerto en 72 horas con síntomas como, fiebre, evoluciona con dolor cabeza, convulsión y fuerte dolor en el cuello.
De acuerdo con Moraleda, hasta este miércoles ha recibido el reporte de que el número de fallecidos ascendió a 12.
Los waraos se encuentran desconcertados y esperan atención de parte de las autoridades sanitarias, aunque parece que la obtuvieron luego de que Moraleda acudiera a la dirección de salud para informar sobre este hecho.
Radio Fe y Alegría Noticias conoció sobre el arribo de la comisión sanitaria, porque así lo informaron los habitantes de Nabasanuka que mantienen una comunicación limitada a través de internet. No obstante, la dirección de salud no se ha pronunciado al respecto, ni informó estar detrás de las investigaciones.
Parte de los funcionarios de la comisión informaron a la comunidad de Nabasanuka que irían a tomar muestras a las localidades de Sakoinoko y Yorinanoko, lugares donde se están registrando las muertes.
Comunidades aisladas sin servicios
Sakoinoko y Yorinanoko son comunidades aisladas geográficamente y en cuanto a la atención gubernamental.
Si bien los habitantes viven como ancestralmente lo han estado haciendo, el cambio climático, la contaminación de las aguas y el contacto con el mundo criollo en la transculturación, los expone a patologías sobre todo gastrointestinal bacteriana -porque no cuentan con agua potable- y de carácter infecciosa
La falta de luz es otro de los problemas que enfrentan, mientras los docentes hacen lo posible por mantener la matrícula de los alumnos con los insumos generales que pueden encontrar. Las clases se dan en casas particulares que prestan.
Los sacerdotes consolatos presentes en Nabasanuka, ayudan a estas comunidades a mitigar algunos problemas, sobre todo con agua potable, alimentos y medicinas, pero la demanda es grande y no alcanza para todos.
Con información de Radio Fe y Alegría Noticias