Nancy Porras

En una eucaristía donde se vivió un ambiente de alegría y religiosidad, comulgó por primera vez un grupo de hijos de trabajadores de la Universidad de Los Andes, núcleo Pedro Rincón Gutiérrez.

El profesor Omar Pérez Díaz, decano y vicerrector encargado de esta casa de estudios, describió como muy emotivo este acto de primera comunión que tuvo como protagonistas a hijos del personal docente, administrativo, obrero y amigos de esta institución universitaria.

La Pastoral Universitaria del Núcleo hizo un trabajo de catequesis durante 2 años, preparando a estos niños que iban a recibir al Señor en la primera comunión este domingo 14 de abril.

Dentro de lo que es la historia de la Universidad, en la cual el profesor Pérez Díaz ha convivido por más de 48 años, expresó que esta actividad es muy importante:

“Dios me dio la fortuna de vivir la lucha del profesor Humberto Maldonado Pérez, vicerrector, para cristalizar el proyecto de crear el núcleo universitario del Táchira con la diversificación de carreras a pesar de la oposición que hacía Mérida”.

Comenzó el crecimiento del núcleo universitario del Táchira, que fue incrementando su presencia académica en la formación del recurso humano en la entidad, recordó.

Vino luego la alegría del comprar los terrenos para contar con una sede propia, impulsados por los gobernadores de ese momento.

Luego fue inaugurado en medio de momentos de mucha alegría. Paso a paso todo se ha ido sumando en favor de esta casa de estudios, cada capítulo vivido ha sido emocionante, subrayó el profesor Pérez Díaz.

Sin embargo, también es emocionante en esta época, donde lo informal supera lo formal, ver los padres, padrinos, los abuelos, tías, llevando a los niños a un encuentro con Dios.

“Este acto siembra la esperanza en una Venezuela mejor, estos jóvenes que hicieron la primera comunión, auspiciados por la Pastoral Universitaria, llena de fe en que serán profesionales a futuro teniendo como guía a Dios”, refirió.

Se entregó en este acto la Orden “Pedro Rincón Gutiérrez” al padre Joel Escalante, sacerdote con una identidad propia caracterizada por el servicio, la solidaridad y la capacidad de fomentar la autogestión y ayuda”.

Para finalizar habló de la importancia de dejar la envidia, de los que no hacen nada, de los que solo cuestionan, censuran y de los que no son capaces de impulsar la solidaridad.