Porfirio Parada
La antesala de las celebraciones por el Día Internacional del Libro se podía observar en los principales portales de web. Cada 23 de abril en todo el mundo preparan y organizan en espacios culturales y públicos, actividades para enaltecer el libro y promover la lectura. Las librerías hacen descuentos especiales de libros por el día, como en la Librería Nacho ubicada por el Centro Comercial Tamá, en el MAVET se realiza festival de lectura como en la Biblioteca Pública Leonardo Ruiz Pineda, en instituciones educativas y otros recintos. La gente de la Fundación Cultural Bordes durante esta semana continúa un ciclo de lecturas sobre escritoras venezolanas vía internet. La información la comparten en sus redes sociales, y grupos de WhatsApp.
Mi señora madre, ha sido una gran lectora, de niño la vi leer mucho la Biblia, y cuando hay un tema que le interesa busca la manera en encontrar libros para investigar, leer, y despejar dudas, actualmente lee también por internet, desde su celular, busca, resuelve, se ilustra y se documenta. Le gusta leer temas relacionados con la historia y algunos políticos. Mi mamá ha leído sobre sueños y ángeles. Cuando me fui a estudiar Comunicación Social en Barquisimeto, ella me hizo uno de los mejores regalos, me dio el diccionario (dos tomos) de la Real Academia Española, aprendí y anoté muchas nuevas palabras que desconocía, las leía pero también las escuchaba con ritmo y música propia, otras palabras extrañas, que suenan raro, otras finas y elegantes, me sorprendía mientra leía diccionarios, duré días y semanas leyendo y buscando el significado de las palabras, desconociendo que eran mis grandes inicios y años dorados como lector y con lo relacionado del libro.
La gran escritora y ensayista venezolana, María Fernanda Palacios, familia de artistas, publicó en el 1987 su libro “Sabor y saber de la lengua” eso para mí fue pura exquisitez, si bien cita a muchos autores también ella se suelta, se mueve con el lenguaje, se revela, incluso protesta sobre el tema. Pero hay una frase que voy parafrasear y compartir, ella escribe algo así como, el tiempo de la literatura no es aquel que nos damos, sino el que nos quitamos mientras vivimos y hacemos nuestras vidas. Palabras más palabras menos. Y me gustó esa frase y me he sentido identificado con ella. De todas nuestras ocupaciones que tenemos que hacer y hacemos en nuestras vidas, la mínima entre el ajetreo y la creación del ser, nos atrevemos a leer libros, algunas veces, en las cola del banco, en el transporte público, cuando se va la luz, en solitario o acompañado entre la gente, tiene su valor, su reposo entre el movimiento, deseo inquietante de leer grandes frases o historias. La literatura, ese arte de reunir y escribir bien las palabras, su estructura y anarquía sin fin.
Tengo la oportunidad de conocer a libreros y promotores de la lectura en la ciudad. Pedro Pablo en la Plaza Los Mangos. Habrá otros que no conozco y que hacen ese trabajo de hormiga para impulsar el libro. Púrpura Poesía cumple un año con su librería, Púrpura Librería. Para este sábado 27 de abril a partir de las 5:00 pm en su sede, por La Popita, habrá un encuentro del libro y la lectura para celebrar el aniversario. Amarú Vanegas, publicó un video en las redes sociales donde hace la invitación, y atrás se puede ver el bello mural de la artista Sacha Guerrero. Habrá personas que celebran a su manera el libro durante el año, sin fechas, espontáneas, se toman fotos, compran libros, los regalan, comparten lecturas con otros lectores, se leen así mismas y al mundo.
Pensar en el Día Internacional del Libro es recordar a Antonio Mora cuando en años no tan lejanos pero que el tiempo estira, solía ir para su “oficina” en la Panadería Cristal, en Barrio Obrero. Con su chaqueta, gorra y tirantes, con su libreta y algún libro. Al lado de la panadería, entre la panadería y la sede del partido Copei, había o hay un kiosco donde vendían muchas revistas y periódicos, Antonio solía estar en ese kiosco o en su oficina. Me acuerdo que en el kiosco buscaba mucho la revista colombiana El Malpensante. De hecho, la conocí por él, decía que le gustaba y que publicaban a buenos escritores. Nunca entendí por qué borraron un mural que le habían hecho al poeta en las paredes de la panadería, bueno también de eso se trata el arte urbano, por lo efímero que puede llegar a ser. La mamá del ex presidente de Venezuela, Ramón J Velásquez, Regina de Velásquez, fue de las grandes forjadoras de la preparación, formación y educación aquí en el Táchira, Su aporte a la igualdad de géneros, creando sanos espacios de estudios para las mujeres, amante de los libros y la lectura. Muchas escuelas e instituciones educativas rurales, en los campos, en diferentes municipios incluyendo San Cristóbal, tiene su nombre, honrando su vida y memoria.
Efraín Subero de Pampatar, Isla de Margarita, fue uno de los grandes lectores de libros de Venezuela. De los grandes recopiladores de autores de este país. Por medio de su antología promovía la paz, el amor, la poesía. Incluso promovió la obra poética del tachirense Manuel Felipe Rugeles. La profesora Carmen Teresa Alcalde, ha desarrollado un importante impulso del libro, la poesía, la comunicación, con obras escritas por ella. Sin olvidar la Librería Sin Límite, Julieta Cantos, su galería. En ese lugar obtuve los libros y las lecturas que luego se convirtieron en historias y recuerdos inolvidables. Más que una despedida es un nos leemos, nos vemos contando historias, nos buscamos y nos perdemos y nos encontramos en los libros, en la lectura, de esta vida, de las otras, de las inventadas, de esta vida que se nos va, y quizás lo que quedará son algunas palabras, lo escrito, en los libros.
Lic. Comunicación Social
Locutor de La Nación Radio