COMO EL AGENTE 777, el personaje de Cantinflas, la clase trabajadora venezolana pasó setecientos setenta y siete días esperando el justo aumento del salario mínimo, lo que se quedó por el primer día de mayo, Día del Trabajador, en un sueño no concretado….EL SALARIO mínimo sigue en 130 bolívares, un poco más de tres dólares, y en su lugar se aumentó el bono de la llamada “Guerra económica”, aunque quedando el cesta ticket igualito que el año pasado, es decir un mil bolívares que a la postre suma 130 dólares de lo que ahora se llama “salario integral”…..ESE INGRESO mínimo tuvo su momento estelar en el país durante la administración del presidente Jaime Lusinchi, que a pesar que había heredado la gran devaluación de la moneda durante el célebre viernes negro de su antecesor Luis Herrera Campins, lo mantuvo hasta el final de su mandato en 1989 en 930 dólares mensuales….DEBIDO A ESTO, a lo mejor obedeció que dejó las arcas de reservas del Banco Central con solo un puñado de dólares, que llevó a su sucesor, Carlos Andrés Pérez, a reducir el salario inicial en 52 dólares, mucho menos a lo fijado después por “el segundo debut” de Rafael Caldera que lo fijó en 208 dólares mensuales…..LLEGÓ LA PRESIDENCIA de Hugo Chávez con el presente siglo, y pudo establecer el salario mínimo hasta en 390 dólares, el más alto, para entonces, en toda América Latina….ESOS TIEMPOS, como las golondrinas del poeta Gustavo Adolfo Becker, al parecer, ya no volverán, pues el borrar los ceros al bolívar, catorce hasta ahora frente a la divisa norteamericana, nos ha puesto a llorar cada mes, y no precisamente de alegría….CUANDO EL ACTUAL jefe de Estado, Nicolás Maduro arribó a la presidencia, con la puesta en actividad de la última reconversión monetaria, el ingreso mensual significaba unos 30 dólares para el 15 de marzo de 1922, pero debido a la devaluación, lenta pero persistente de nuestra moneda, la misma se ha situado en 3.4 dólares por mes, suma que es la que impera a la hora de pagar las prestaciones sociales o las vacaciones, que se traducen en sal y agua más rápido que inmediatamente…..PERO LO MÁS desalentador es que este sueldo mínimo es la suma que se entrega a jubilados y pensionados quienes han dejado lo mejor de su vida productiva a la espera de un merecido descanso en su vejez, pero que no les sirve ni para el sostén del pan nuestro de cada día, ni tampoco subsistir por más bonos que se inventen para paliar su precariedad económica que ahora se aspira paliar con un impuesto a la empresa privada que ya empezó a chillar cuando de tributos se trata.

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Y ESTO, es todo por hoy.

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MENTIRAS universales:

“Ahora sí saldremos de pobres”-

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DIOS los bendiga, ¿Saben?

VICTOR MATOS