Regional

40 años de una tragedia que aún duele…

8 de junio de 2024

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Freddy Omar Durán

Es uno de los episodios más trágicos ocurridos en el Táchira en cuanto a accidentes viales, al costar la vida de 33 jóvenes que aún empezaban a vivir, por la manera terrible cómo ocurrió y las implicaciones que eso trajo. También murió un conductor de autobús.

A la altura de Las Pavas, municipio García de Hevia, se produjo el sábado 9 de junio de 1984 el volcamiento de un autobús en el que iban de pasajeros 41 estudiantes del Liceo Militar Jáuregui, ubicado en la población de La Grita, estado Táchira.

Este liceo era un internado; es decir, además de impartirse educación, sus estudiantes residían allí, regresando muchos de ellos a su hogar los fines de semana, a través de una unidad propiedad de la institución, asignada a tal fin.

Tan terrible como la caída a un vacío de 20 metros, pero tan fatídico fue el golpe como el incendio subsecuente que cobró las víctimas fatales.

Solo 8 sobrevivieron, y aún en su memoria permanecen los llamados de auxilio de sus compañeros, mientras las llamas se desbordaban de la unidad de transporte.

Uno de los periodistas que dio gran cobertura a esta noticia sería Armando Hernández, para Diario La Nación, y precisamente, ya en su labor de cronista, que desempeñó en sus últimos años de existencia y ejercicio profesional, nos dejó sus recuerdos en una amplia crónica titulada “36 años de la tragedia que cambió a 34 familias tachirenses” que podemos leer en https://lanacionweb.com/reportajes-y-especiales/36-anos-de-la-tragedia-que-cambio-a-34-familias-tachirenses/. Igualmente, la actual directora de Diario La Nación, Omaira Labrador, entrevistó al padre de uno de los fallecidos en el reportaje especial “La tragedia de Las Pavas o cómo un padre no olvida a su hijo” disponible en https://lanacionweb.com/reportajes-y-especiales/la-tragedia-de-las-pavas-o-como-un-padre-no-olvida-su-hijo/.

Una tragedia de tales dimensiones por supuesto mereció unas honras fúnebres como pocas en Venezuela, bajo la bendición de monseñor Fernández Feo y la presencia de una multitud, cuyo dolor no cabía en las instalaciones del Gimnasio Arminio Gutiérrez Castro, en La Concordia.

Ver la foto de los féretros salir de la institución deportiva, tomada por Homero Duarte Corona, y publicada en primera plana por Diario La Nación aún tiene una capacidad de conmovernos 40 años después.

Muchas preguntas quedaron sin resolver: ¿La falta de mantenimiento técnico del autobús contribuyó en gran manera al accidente? ¿Hubo una respuesta tardía de parte de los organismos de seguridad de aquel entonces?

Los que sobrevivieron fueron aquellos que aún en sus cuerpos adoloridos pudieron apartarse a rastras de la conflagración. Ellos lograron contar lo que había pasado, y también el chófer Acacio Ramón Labrador Guerrero, quien sería una más de las 34 víctimas fatales ocasionadas por el volcamiento.

Uno de ellos afirmó que el conductor, al percibir la falla en los frenos trató de esquivar por todos los medios la comisión de frente con otros vehículos, y en un intento de encunetarse desbordó el abismo, allende el puente, incrustándose en el fondo en posición vertical.

Las edades de los estudiantes rondaban entre los 13 y 15 años, es decir de haber sobrevivido habrían sido quincuagenarios, pudiendo haber crecido y forjado una gran familia; pero quedaron para vivir una eterna juventud en el corazón de quienes los han recordado y querido.

Como contó Armando Hernández, desde una avioneta se avistó el autobús en llamas, y que de inmediato se propagó el llamado de emergencia, y lo único que pudo hacer fue sobrevolar en círculos alrededor del lugar del hecho y alcanzó a comunicarse con los operadores de Radio San Sebastián, quienes en esos momentos hacían pruebas para la emisión de la Vuelta de la Juventud.

En recuerdo del acontecimiento

33 jóvenes estudiantes y el conductor del autobús murieron en la tragedia de Las Pavas.

A la memoria del Cronista de San Cristóbal, Luis Hernández Contreras, llegó la amplia cobertura de medios locales y nacionales, y la enorme conmoción que causó la noticia. Agregó que el caso tuvo tal gravedad que ameritó la investigación directa de parte del Congreso de la República de entonces, que se extendería a la situación de los colegios militares en todo el país.

A la altura de ese hecho, siempre se compara con la “Tragedia de los Bomberitos de Valencia” ocurrida precisamente ese mismo año, para el mes de marzo.

Si bien la “Tragedia de Las Pavas” escribió una página dolorosa de la historia del Táchira, también ha dado pie a la leyenda, reportándose apariciones en el infortunado enclave, que incluso han pedido la cola a conductores.

El antropólogo Anderson Jaimes, director del Museo del Táchira, ha recopilado parte de esa oralidad que gravita en torno al acontecimiento, amén de que como habitante de San Juan de Colón presenció el colapso del hospital de esa localidad, la más cercana al puente Las Pavas, y la consternación multitudinaria ese día.

“En ese entonces el liceo Jáuregui tenía un prestigio en el imaginario tachirense, pues los que ingresaban allí pertenecían a las elites de las élites, la cuna de los futuros generales; gente de gran alcurnia que fueron tocados por el destino de tal manera”.

De otra parte, agregó Jaimes que Las Pavas tenía fama de zona de tolerancia, por llamarla de algún modo “maldita”.

“Allí había una gran cantidad de bares, desde los más arrabaleros hasta los más exquisitos, y según las oralidades, lo ocurrido fue un castigo divino, por tanto pecado en ese lugar. También se dice que ese bus donde ellos iban se detuvo en Seboruco, dónde recogió a un niño, quien nunca aparecería entre las víctimas, y quién muchos lo relacionan con la Muerte, abordando el autobús”.