Dos refinerías ilegales fueron halladas por el Ejército de Colombia en la zona rural del municipio Tibú, en el departamento fronterizo de Norte de Santander.
En lo que fue un operativo articulado con la Fiscalía de la Nación, los uniformados ubicaron tres piscinas artesanales y dos válvulas ilícitas, que reflejan el hurto de crudo del oleoducto Caño Limón – Coveñas.
«En la primera acción, los soldados llegaron hasta la vereda Campo Seis, donde se hallaban dos refinerías ilegales y dos piscinas, las cuales tenían la capacidad para hurtar, procesar y almacenar más de 15.000 galones de crudo», puntualizaron en el comunicado de prensa.
Tras robar el petróleo, los grupos irregulares lo procesan para convertirlo en combustible artesanal conocido como «pategrillo», el cual es empleado en la producción de cocaína.
Con ese primer avance, los funcionarios se encaminaron a la búsqueda de las válvulas ilícitas que estaban conectadas a la línea de transferencia de la Estación Norte. También logaron detectar una tercera piscina, donde se almacenaban más de 20.000 galones del hidrocarburo hurtado.
Dejaron claro que el daño ambiental en estas zonas es devastador y la recuperación de los ecosistemas podría tardar cientos de años.
Jonathan Maldonado