SOLO SE ABRE la memoria cerrando los ojos. La concentración sirve para dar un paso al pasado y recordar sus vericuetos que nos dejan para bien o para mal las moralejas necesarias para mantener cuando menos equilibrada nuestra conducta… EN DÍAS PASADOS, a raíz de haber sido distinguido con una Mención Especial del Premio Ramón J. Velásquez por los sesenta años de actividad profesional, alguien me preguntó cuál creía que había sido mi mejor trabajo periodístico a lo largo de tantos años de trabajo… HICE UNA RETROSPECTIVA de mis facultades mentales y no titubeé al mentar la entrevista que hice en diciembre de 1992 al general Francisco Visconti, quien lideró la intentona de golpe, la segunda en ese año, contra el gobierno de Carlos Andrés Pérez… Y NO SOLO FUE porque logré ser el único reportero en contactarlo a pesar del asedio internacional de los colegas que volaron hasta el Perú, donde se encontraba refugiado por el gobierno de Alberto Fujimori, sino porque el día que lo tuve frente a frente, ya me había indicado que me otorgaba la oportunidad siempre y cuando no me auxiliara ni con un grabador ni con una libreta de apuntes… ME VI OBLIGADO entonces a almacenar en la memoria todo lo conversado en el Club de Suboficiales de la Fuerza Aérea Peruana, ubicada en el balneario de Chorrillos, para ensamblar el reportaje que envié a La Nación y que se publicó en tres entregas continuas… LA CITA desarrollada en el Casino del Club duró de siete y media de la noche a casi la una de la madrugada, solo hablando como si fuéramos un par de confidentes que se encontraban luego de años, en donde pude percibir la ideología de este militar nativo de Barinas, a quien no he vuelto a ver en estos treinta y dos años transcurridos, pero sí supe de buena fuente que a él mismo le llamó la atención la autenticidad de lo conversado y de los puntos con sus comas en que desenvolví el trabajo periodístico. Fue un largo ejercicio de nemotecnia cuyo resultado me satisfizo ampliamente como profesional.

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Y ESTO, es todo por hoy.

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MENTIRAS universales:

“Si te he visto, no me acuerdo”.

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DIOS los bendiga, ¿Saben?

VICTOR MATOS