La migración también ha golpeado al gremio de mototaxistas de la frontera. Cada día son más los integrantes de las asociaciones o cooperativas que deciden bajarse de su moto y emprender camino hacia otras latitudes, en especial Estados Unidos, atravesando la peligrosa selva del Darién.
En la asociación civil La Candelilla, ubicada en la calle 3, cerca de la aduana principal de la ciudad, han tomado la ruta del éxodo 10 integrantes. «De 22 solo quedamos 12», puntualizó una fuente consultada por La Nación.
«Prácticamente estamos trabajando con un 50% de los cupos», prosiguió, al tiempo que recalcaba que el trabajo para el gremio se está haciendo cuesta arriba. «Muy poca gente está usando el servicio».
Esa asociación, como otras más, pese a estar situadas en puntos estratégicos, no están generando casi movimiento, en vista de que cada día son más las alternativas, legales y no legales, con las que cuenta el usuario.
Las cupos que están vacantes dentro de las asociaciones son difíciles de alquilar. «Hay gente que prueba una semana y lo entrega, pues dice que no le da la base. Y es de entender», recalcó otro mototaxista consultado por el equipo reporteril.
El escenario es similar en muchas de las cooperativas. El desespero ante los pocos ingresos los está llevando a migrar.
Jonathan Maldonado