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Inicio/Opinión/Pasión por la vida

Opinión
Pasión por la vida

lunes 22 julio, 2024

Julieta Cantos

ATERRIZANDO

Para fortalecer un sistema democrático participativo, en el que ninguno sea sometido al otro, se deben respetar las leyes y la Constitución, con el Gobierno como instancia de determinación del interés público, fortaleciendo lo político y al Estado, que representa lo universal. De esta manera se conjuga el interés particular y el general. Insisto, al igual que Hegel, que el Estado es la realidad de la libertad concreta. La libertad como concepto esencial.

Ese sistema que debe amparar a los Estados, y a las organizaciones mundiales integradas por la comunidad de países, tiene formas selectivas de aplicar la ley, incluido el poder de veto, según quien la interprete. Somos países democráticos, participando democráticamente en organismos que nos discriminan en función de la concentración de poder económico… e intereses particulares (la gobernanza corporativa). Poder para intervenir directamente en la gobernabilidad e institucionalidad de otros países miembros.  A mí la verdad, no me gusta esta clase de “ejercicio democrático”.

La Constitución de Venezuela de 1961 fue derogada por la aprobación de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela en 1999 mediante Referéndum popular el 15 de diciembre del 99, habiendo sido instituido el principio de inviolabilidad de la misma, y fue promulgada por una Asamblea Constituyente el 20 de diciembre de 1999, estableciendo que Venezuela es un Estado Social de Derecho y de Justicia, Democrático y Federal. Esa Asamblea estuvo conformada por todos los representantes de los diferentes sectores y partidos, quienes discutieron y aprobaron esta nuestra Constitución vigente, redactando leyes y funciones que son las que nos deberían regir.

No obstante, se han convocado eventos que alojaron lo peor de otros que no somos nosotros. El pueblo venezolano es un pueblo valiente, pero no es violento y sabe convivir, esos eventos convocaron a personajes que se instalaron en la trama urbana y han permanecido latentes, con acciones que no son nuestras, y que han producido el secuestro de activos importantes para el país, con consecuencias de todo tipo. Se han desconocido las leyes nacionales e internacionales en detrimento de todos. Es la arbitrariedad, es el ejercicio no democrático del poder, produciendo deterioro de la institucionalidad y de la economía. Volvemos a la importancia de tener leyes que normen y sean acatadas por todos.

Lamentablemente algunas organizaciones y partidos, no han sabido organizarse de forma democrática para ganar la aceptación del pueblo venezolano, en torno a un proyecto social, económico, político, que avale el contenido de nuestra Constitución.

Mi compromiso es con los conceptos de soberanía, institucionalidad, participación, inclusión, respeto; la no intervención, la inversión en proyectos sociales que hagan crecer al país a través de la educación, la salud, el deporte y la vivienda. El estímulo de proyectos agro-productivos, e industriales. El fortalecimiento de nuestra moneda. Un sistema financiero sólido y nacionalista…y nuestra bandera en el nuevo billete de los brics… que se presenta como el nuevo futuro económico.

Yo elijo cerrar con una frase de Le Corbusier, el arquitecto representante del racionalismo y el funcionalismo, que me fue recordada por un querido amigo también arquitecto: “La verdad del río no está en sus bordes, sino en el centro”.Comentarios bienvenidos a: [email protected]

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