Por Rosalinda Hernández
Desde hace 11 años, Nelsa Duque, una devota tachirense del Santo Cristo de La Grita, ha dedicado su vida a servir a los peregrinos que recorren los caminos de Mérida, Mucuchíes, Tovar, Santa Cruz de Mora, Bailadores y Pregonero, entre otras zonas del páramo merideño-tachirense en la ruta que lleva al santuario del Señor del Rostro Sereno como también es conocido el Santo Cristo.
Esta noble labor comenzó como una promesa personal por su salud, tras sufrir episodios de bloqueo en sus piernas que le impedían caminar. “Es una labor que vengo haciendo desde hace 11 años. Fue una iniciativa mía, y obviamente mi esposo, hijos, yernos y mi mamá me apoyaron. Fue una promesa para mi salud más que todo”, comenta Nelsa.
Foto1: Nelsa comparte sus labores de alimentar a peregrinos con su grupo familiarCada 5 de agosto, en un sitio denominado La Quebrada de la Honda, Nelsa y su familia, se instalan con mesas, sillas y toldos, listos para preparar una sopa para los peregrinos, cumpliendo así con la obra de misericordia de dar de comer al hambriento.
La Quebrada de la Honda, es un lugar emblemático para los peregrinos. Este sitio se convierte en un punto de encuentro y descanso para aquellos que recorren largas distancias en su camino de fe. Los peregrinos que cada año acuden al encuentro de Nuestro Señor de los Milagros, como también se conoce al Santo Cristo, provienen de diversas localidades, y atraviesan el páramo merideño-tachirense con gran devoción.
En la quebrada la Honda los peregrinos hacen un alto para tomar la sopa caliente que ofrece Nelsa
Una grítense con vocación
Nelsa, oriunda de La Grita y residente en Aguadas Parte Alta, sector Los Chacones, tiene un espíritu y vocación de servicio enormes que se apoya de productores locales que le donan papas, zanahorias y otras verduras, así como proteínas para la elaboración de la mega sopa.
“Este año tuvimos la dicha de preparar tres ollas de sopa: dos de 240 litros y una de 120 litros. Qué bendición poder alimentar a más de 1300 personas”, expresa con gratitud.
La sopa se sirve caliente a los miles de peregrinos que recorren la vía.
La preparación de la sopa comienza un día antes, con la ayuda de su familia y vecinos. “Hay personas que me ayudan a pelar verduras, mi hermana ayuda a lavar, mi sobrino y mis hijos también colaboran. Es un trabajo grupal en familia”, explica Nelsa. Además, destaca que hace dos años ganó una Toyota PickUp en una rifa, lo que ha facilitado el transporte de los ingredientes y utensilios necesarios para la elaboración de la sopa cada año.
La jornada de servicio no solo alimenta el cuerpo, sino también el espíritu de los peregrinos. “Cada año aumenta la fe y conocemos historias de devoción y milagros del Santo Cristo que nos invitan a seguir con esta labor”, afirma Nelsa. Un ejemplo de esto es la historia de una señora de Bailadores que, tras ser víctima de una estafa, decidió hacer una promesa y, al recuperar su dinero, vino a pagarla.
Los peregrinos, muchos de los cuales comienzan su travesía desde Pregonero a las 2 de la tarde y caminan toda la noche, encuentran en La Quebrada de la Honda una zona de alivio. Nelsa y sus familiares le ofrecen aguamiel caliente a su llegada, y a partir de las 7:30 de la mañana, comienzan a repartir la sopa. “Lo primero que se le da a los que pasan muy temprano es el aguamiel caliente”, comenta la fiel devota.
Nelsa Duque es una mujer tachirense, ejemplo de fervor y solidaridad, demostrando que con fe y esfuerzo se pueden lograr grandes cosas. Su labor es un testimonio de amor al prójimo y compromiso con su comunidad.
**Esta nota pertenece a la Red de Mujeres Constructoras de Paz, en alianza con Diario La Nación**