Nacional
Migración y retorno: un desafío a la salud mental de las venezolanas
17 de agosto de 2024
En una reciente entrevista, Clara Astorga, presidenta de la Federación de Psicólogos de Venezuela, destacó la alarmante situación de la salud mental en el país. “Lamentablemente, en Venezuela no tenemos datos oficiales sobre el tema de la salud mental. Nos apoyamos en investigaciones independientes realizadas por organizaciones y universidades”, afirmó
Por Rosalinda Hernández C.
Uno de los datos más preocupantes revelados por la psicóloga es que aproximadamente 7 millones de venezolanos necesitan asistencia humanitaria debido a la crisis económica y social, factores que incrementan significativamente el riesgo de problemas de salud mental. Según el estudio de Psicodata de la Universidad Católica Andrés Bello (2023), el 64.5% de la población encuestada identifica la economía como la principal fuente de estrés, seguida por la salud (15%), problemas personales (8%), la política (7.5%) y problemas sociales (4.5%).
Astorga subrayó que el 90% de los encuestados siente preocupación por la situación del país, y el 75% experimenta duelo migratorio debido a la partida de familiares en busca de un mejor futuro. Además, el 81% de los encuestados encuentra difícil confiar en la mayoría de las personas, reflejando un entorno de desconfianza y desafío.
Mujeres y migración
La situación de las mujeres migrantes es particularmente crítica, precisó la psicóloga. Según la Oficina de Migración Internacional (OIM) las mujeres representan el 48% de los migrantes internacionales. Muchas de ellas, como jefas de hogar, buscan nuevas oportunidades o huyen de la violencia en sus países de origen. Esta vulnerabilidad ha llevado a la implementación de políticas y programas sociales dirigidos especialmente a esta población.
El retorno de las mujeres migrantes también representa un proceso complejo. Enfrentan la migración, que ya de por sí es un desafío enorme, y luego deben readaptarse al regresar, muchas veces cargadas de frustración y miedo. Además, enfrentan la brecha de género en un sistema patriarcal que genera vulnerabilidades específicas, como una mayor tendencia a sufrir violencia de género y dificultades para acceder a los servicios necesarios.
Según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), muchas mujeres migrantes viajan solas o con sus hijos, lo que aumenta su desprotección y la ausencia de redes de apoyo. Esto las hace más susceptibles a caer en situaciones de explotación, como la prostitución y la trata de personas. La situación de las mujeres migrantes es mucho más compleja y vulnerable que la de los hombres o las familias que migran juntas.
Para Astorga, es crucial reconocer que, incluso cuando las mujeres migrantes viajan en familia, no están exentas de ser víctimas de violencia de género. Dentro del seno familiar, pueden enfrentar discriminación y violencia debido al sistema patriarcal.
“La migración en sí misma es una situación altamente vulnerable, y al regresar, las personas pueden encontrarse en un entorno aún más difícil que el que dejaron. Las familias, vecinos y amigos cercanos pueden haber creado expectativas que no se alinean con las experiencias individuales de los migrantes, quienes regresan con una carga de frustración aún mayor que la que los obligó a irse. Esta falta de comprensión puede generar sensaciones de fracaso y estrés postraumático”.
Estrés migratorio
Los migrantes que han vivido situaciones de emergencia en su intento por adaptarse a un nuevo entorno desarrollan estrategias de supervivencia no solo para ellos, sino también para sus familias. Estas situaciones son altamente amenazantes y, a menudo, se enfrentan al rechazo, la estigmatización y la persecución, lo que incrementa el riesgo de vida. En algunos casos, los venezolanos han visto sus vidas amenazadas simplemente por su nacionalidad, explicó la especialista.
El estrés extremo de estas experiencias, como atravesar la selva del Darién, puede generar síntomas de estrés postraumático. “Las personas reviven episodios de angustia a través de recuerdos intrusivos, pesadillas y una constante sensación de peligro. Este estado de alerta permanente puede manifestarse en insomnio, inapetencia y ansiedad continua”.
Es necesario que las personas que no logran encontrar equilibrio tras estas experiencias extremas busquen ayuda de especialistas en salud mental. Los profesionales están formados para atender estas situaciones y proporcionar el apoyo necesario para que los migrantes puedan desarrollar sus capacidades y vivir sin la sensación constante de alto riesgo.
Primeros auxilios psicológicos
Clara Astorga enfatizó en la necesidad de aplicar los primeros auxilios psicológicos y el acompañamiento de emergencia para quienes enfrentan situaciones de crisis.
“Si tienes la capacidad de acompañar y escuchar a una persona durante más de una hora, ya estás brindando una atención humanitaria esencial porque la salud mental no es solo responsabilidad de los profesionales como psicólogos y psiquiatras, sino de toda la sociedad”.
Este es un tema que trasciende la psicología y la psiquiatría, y compete a todos como sociedad. Hay que escuchar, acompañar y comprender las situaciones sociales que ponen a las personas en condiciones extremas. “Como hermanos, estamos aquí para apoyarnos y salvarnos colectivamente”, agregó.
La sensibilidad que se necesita para enfrentar estos desafíos es algo que se le debe enseñar a todos. “Nuestros compatriotas que se han visto obligados a buscar nuevos caminos y, en algunos casos, regresar, enfrentan situaciones extremadamente difíciles. Cualquiera de nosotros podría encontrarse en estas circunstancias en algún momento de la vida. Por eso, es crucial comprender, escuchar y acompañar para superar estos retos personales, familiares y sociales”.
En relación a este tema, es importante destacar la labor de organizaciones como el Colegio de Psicólogos de Venezuela, que están trabajando para proporcionar herramientas de primeros auxilios psicológicos no sólo a psicólogos, sino a cualquier persona interesada en ayudar. La colaboración y el apoyo mutuo son esenciales para atender las necesidades de nuestra comunidad.
**Esta nota pertenece a la Red de Mujeres Constructoras de Paz, en alianza con Diario La Nación**