Opinión

Roma un 15 de agosto de 1805

21 de agosto de 2024

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Néstor Melani-Orozco

 Una noche del 2006. Cuando realizaba mi mural del Gran Salón de la Gobernación de Mérida, en lo gigante y eterno de Simón Bolívar en horas de descansos y anhelos me senté varias noches a escribir la obra número 92 de mi Teatro épico «Bolívar en Roma», para mi libro: «El Militante Rojo». Ya el profesor Lubio Cardozo me pedía una portada para su Libro «La Poesía en tiempos de la Independencia». Más Julio Villamizar me narraba los momentos vividos con César Rengifo en la Ciudad de las Cinco Águilas Blancas. Cuando el insigne artista era director de Cultura de la Universidad de Los Andes. Entonces entre noches eternas me adentré en el teatro para hablar con Bolívar desde Mérida y verlo viajando con los testigos del más insigne juramento. Frente a las estrellas y el aroma de los siglos… Parecía el fuego del reclamo de la Guayana esequiba y de cada clamor la octava estrella en el tricolor de Miranda. Cuando de un mundo aquel 15 de agosto de 1805, juró en Roma la lealtad de la Patria. Después de asistir el joven viudo de su María Teresa, llega a la capital de Francia en compañía de Antonio Mayo, Fernando del Toro y José Palacios, huyendo de la Corona desde Aranjuez en España. Muy de intercambiar idearios, se alojan muy cerca de la plaza Vendone, pues había que encontrar a su maestro: Simón Rodríguez.

Contemplar la oratoria de la Magdalena donde aún permanecían las huellas de los Caballeros Templarios y presenciar el obelisco egipcio en la plaza de La Concordia. Era una necesidad del joven caraqueño meditar las glorias de la Revolución Francesa y de entender los pasos de la guerra. Viaja Bolívar hasta Viena en Austria y allí invita a su maestro Simón Rodríguez a volver a la ciudad de las glorias de Napoleón. Entre los emblemas, ve en Notre Dame al Corso coronarse de Emperador. Y de gritos de amor el joven Simón había hecho la semilla de su futura hija en el vientre de la mujer del coronel Triztan. Secreto que nunca supo el Libertador de su valiente hija francesa. Mientras de ensueños vive a la ciudad, gloria de los galos. En un momento de la existencia, su maestro le invita a conocer al sabio pedagogo suizo Pestalozzi, y viajando desde Lyon a Berna le acompañan junto a su maestro: Fernando del Toro, José Palacios y Antonio Mayo. Allí aprecian la gran obra de Paracelso entre las cartas del sabio Humboldt. Para ver la grandeza de los códigos de las escuelas y de la ciencia humana y verdadera de la educación. Continúan el viaje hacia Venecia, donde el joven venezolano muchos años después, agonizante en Santa Marta en 1830 lo narra sobre Lord Byron a su prima Fanny Du Villar. Es Venecia es testimonio del viaje sagrado. La ciudad del mar Adriático donde estaba la poesía y la inmensa manifestación de Tiziano.

Días después presencian en Milán, frente al Duomo, la grandeza de los ejércitos napoleónicos. Descripción que narra Bolívar a Louis Perú Delacroix para el «Diario de Bucaramanga». Bolívar ve la inmensidad de Miguel Ángel en Florencia al venerar a David vencedor de Goliat en el mármol de los Oficios. Recorren Pisa, Siena, Perugia y al final Roma, donde el obispado de la Iglesia demostró los confines de las edades, de saber de san Marcos evangelista el primer secretario del papa. Caminan los sueños y en el Panteón abren los corazones ante la opulencia de los reyes muertos. Símbolos aquellos de las lujuria y de las invasiones. Puestas estaban las muestras del oro y la plata robados al Potosí.

Y un día 15 de agosto de 1805, entre el amanecer violeta de la ciudad del antiguo imperio romano, donde los siglos de Séneca permanecían en los confines de las catatumbas y la cruz de Constantino se describía en los cielos, más las escaleras judías traídas por Helena al lugar de San Pedro. Es cuando suben a lo más alto del Monte Sacro y mirando los siglos a través de las siete colinas, el joven capitán de la escuela de los cadetes de los Valles de Aragua, jura delante de su maestro y de sus amigos, su cuñado y su mayordomo. Jura la libertad de la gran patria, en gloria de Manco Capac, del martirio de Guaicaipuro, hasta la sangre de Baruta y el inmenso mundo de Atahualpa, a lo más grande del Chimborazo y a la ciudad que más tarde en 1813 lo consagrará con el nombre de Libertador de América, la Mérida de las nieves eternas. Es digno defender el ideario de Bolívar más grande de todos los estadistas de la tierra y el más digno ciudadano de la patria. Cuando de la histórica manifestación juró en Roma la independencia del imperio español y consagró su vida a la verdad de la justicia. En la moral ciudadana y el ejemplo de su maestro, «El Sócrates de Caracas».

…El Libertador nunca narró este momento de aquel 15 de agosto de 1805. Solo Don Simón Rodríguez muchos años después se lo contó a su amigo quiteño Antonio Uribe. Más le describió del día que Manuelita Sáenz, en Paita, Perú, le regaló la chamarra del General a Giuseppe Garibaldi y el italiano noble la portó en las campañas de la unificación italiana. Por este acto de amor a un juramento, las Sociedades Bolivarianas del mundo deberán enaltecer este significado del padre de la emancipación de América… …»Juro por el Dios de mis padres, juro por vosotros, que no daré descanso a mi alma, hasta que haya roto las cadenas que nos oprimen del dolor y la esclavitud»… Aún esperan 219 años en la Voz inmensa de Bolívar reclamando la realidad de un continente, sometido por los imperios y de amor a la patria, donde nosotros seremos vexilarios de la gloria del Libertador, él mismo, sagrado e inmenso jurando en Roma la heredad de una y sagrada de todas las promesas. Para que viva la Paz…

 *Artista Nacional. *Premio Internacional de Dibujo Joan Miró 1986. Barcelona. España. *Miembro Honorario de la Sociedad Bolivariana de New York. *Cronista de La Grita. *Maestro Honorario. *Doctor en Arte. *Premio Nacional del Libro 2021. *Honrado con un Salón en la Gobernación del Táchira. 2022. *La Feria Internacional del Libro 2023 se realizó en su nombre a su labor de escritor y dramaturgo. *Por decreto del Gobernador del Táchira se erigió la Estampilla Fiscal con sus obras bolivarianas. 2024.

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