A ocho días de la aparición de una enorme mancha oscura, de residuos petroleros, en la playa continental de Boca de Aroa, los pescadores artesanales y prestadores de servicio turístico siguen afectados por la imposibilidad de llevar el sustento diario a casa.

Desde el mismo momento en que apareció el derrame tuvimos que suspender la pesca, justo en un momento en que disfrutábamos de un cardumen de peces todos los días, dijo un pescador que prefirió mantener su identidad en reserva.

Centenares de familias de la parroquia Boca de Aroa viven de la pesca en sus playas. A ellos se suman no pocos que desde Tucacas van a pescar también allá. Incluso, desde Boca de Yaracuy y de Morón también van muchos a realizar su faena de pesca en esa zona de entrada al estado Falcón.

Avanza la mancha

Ambientalistas nacionales e internacionales han advertido que el derrame petrolero que se produjo en un punto entre la refinería El Palito de Puerto Cabello y Planta Centro de Morón, hace dos semanas, avanza por la corriente marina hacia Tucacas y estiman que a finales de agosto llegue al Parque Nacional Morrocoy, con todo lo que eso implicaría.

Victoria González, directora de la Fundación Azul Ambientalista en el estado Falcón, exigió ayer a Pdvsa información oficial de lo ocurrido y qué se está haciendo para subsanar el fuerte impacto ambiental que esos derrames suponen.

Hasta ahora las autoridades siguen sin emitir un pronunciamiento al respecto.

La Mañana Digital

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