Desde el mes de agosto, un grupo de personas que vive en San Cristóbal está esperando en el establecimiento Cauchos Cuatricentenaria C.A. la venta de más de 700 cauchos que fueron decomisados por la Superintendencia Nacional para la Defensa de los Derechos Socioeconómicos de Venezuela (Sundde).
En su cuenta de Twitter, el organismo ordenó la venta supervisada y a precios justos de estos insumos, pero hasta la fecha, los vecinos de la ciudad no han recibido respuesta de porqué no los han vendido.
“Estamos esperando que nos vendan los cauchos. Ya hemos conversado con Luis Figueira, coordinador de la Sundde regional Táchira, y las veces que nos atendió, no informó respuestas positivas”, declaró Rosa Centeno, una de las personas afectadas.
Asimismo, indicó que el coordinador “un día sale con una cosa, otro día con otra. Según, están cumpliendo con todos los trámites correspondientes que se le hacen a una mercancía acaparada y que tiene que pasar por fiscalía, pero ya todo el tiempo que ha pasado para eso y dice que sigamos esperando”.
“Aunque sea un cauchito nos van a vender, dijo, y que de paso los iba a marcar para que la gente no estuviera revendiendo. Pero llevamos más de 15 días y nada. Las 24 horas del día, estamos en Cauchos Cuatricentenaria vigilando que ese material no vaya a desviarse”, añadió Centeno.
Por otra parte, Yuderkis Guerrero también está a la espera de lo mismo y aseguró: “Somos ingenieros, profesores, amas de casa, empleados de la Gobernación quienes necesitamos los cauchos. Aquí no hay bachaqueros ni nada de eso. Estamos en el sitio todo el día vigilando porque los necesitamos. Queremos que nos vendan”.
Además, agregó que hay agricultores de la aldea La Florida, municipio Cárdenas, que es una zona bastante retirada de San Cristóbal y ellos están en la misma situación.
Por esa razón, hicieron un llamado al coordinador Luis Figueira y al personal de la distribuidora para que cumplan con la venta; o de lo contrario seguirán en las instalaciones de Cauchos Cuatricentenaria, como medida de protesta pacífica, vigilando hasta que ellos decidan venderlos. (Daniela Rojas/Pasante)