Opinión

Sobre Hermann Hesse

11 de octubre de 2024

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Porfirio Parada

Porfirio Parada

Los escritores que te marcan la vida, también te marcan el mundo. Es decir, lo lees y relees, pero al mismo tiempo lees y relees el mundo, la existencia, la experiencia de vivir. También hay escritores que llaman universales, y realmente lo son, trasciende su vida, su obra, su pensamiento, su geografía, su continente, su arte. Su creación es traducida a muchos idiomas, su influencia se marca en lo social, cultural, educativo, artístico, filosófico. Han sido motivo de estudios, grandes análisis, sentidos ensayos, hay generaciones que lo han imitado, se copian de sus escritos o versos, necesitan leerlos, lo comparten, regalan sus obras para que otros se contagien con su maestría. El lector crea un estilo de vida, una manera de ser, o parecer, a raíz de algunas lecturas de sus obras. En este escrito me refiero a uno de esos tantos escritores, pero este en especial, Hermann Hesse.

Una de mis hermanas estuvo en intercambio muchos años atrás. Vivió en Alemania. Cuando regresó, entre sus cosas, vi un libro que creo que le mandaron a leer mientras estuvo allá, un libro en alemán y en español, era la novela Demian de Hermann Hesse. El libro lo vi varias veces en la casa, y cuando empecé a leer libros, ya tiempo después en la universidad, me dispuse a leerlo. Hesse lo escribió en los años de la primera guerra mundial. Bueno me acuerdo que sentía que descubría un nuevo mundo en mi ser y en el mundo exterior. Los personajes de Emil Sinclair y Max Demian me conmovieron por varios meses y fue como si cambió mi realidad. Sentí que ellos escribían la historia, pero por momentos sentía que ellos escribían parte de mi historia. Los caminos del autodescubrimiento, de lo real y lo mágico, el arte de construir una gran narración, fue lo que me marcó mucho de ese autor nacido en Alemania y nacionalizado suizo.

Pasó así, y luego en una librería compré por un precio económico un libro de su autoría, autobiográfico, que se llama “Obstinación”. Lo compré y lo guardé por años, iba postergando su lectura, incluso por momentos no lo encontraba, pero sabía que estaba en algún lugar. Mientras estudié la universidad en Barquisimeto, caminando solo, entra la ciudad, con el calor y el tiempo, pasando los momentos y estáticos instantes, vi otro libro de él, de esos que venden en la calle, usados, en un kiosco, y algunos estaban en el piso, uno sobre otro, vi la novela “Siddhartha” la compré. Una novela corta que leí en unas semanas.

La novela trata de un hombre hindú llamado Siddhartha que busca su camino, renunciando a su hogar y familia. El ayuno, la meditación, la búsqueda de la sabiduría como unidad, las influencias narrativas, lo lírico y épico, el tema espiritual, el Buda como elevación y estar, todo eso me marcó esos días de mi vida, y parte de mi personalidad. Descubría una cultura oriental que solo había visto en películas gringas o en una que otras figuritas que vendían los chinos en el centro. Sin duda, sentí que estaba ante un maestro de la escritura, Herman Hesse, un hombre muy espiritual pero terrenal a la vez. Años después leí el Buda de Deepak Chopra, escritor y conferencista indio, vi una relación de esas dos novelas con la búsqueda personal y espiritual del ser humano.

Luego pasaron los años y hubo unas publicaciones de una revista donde yo participaba de editor, donde entre edición y edición, necesitaba escritos para cubrir los espacios. Me acordé del libro de Obstinación de Hesse y lo leí. Sorprendido me quedé en las páginas de ese libro que guardé por años, resulta un libro autobiográfico, donde el autor escribe y responde cartas, poemas, meditaciones, memorias, confiesa malestares y emociones, estados depresivos, problemas familiares, incluso escribe sobre un pensamiento suicida que tuvo durante sus años más jóvenes. De ese libro compartí un fragmento de su texto llamado con el mismo título del libro Obstinación. La rabia y la liberación de obstinarse para lidiar con el mundo, con los seres humanos, con la condición humana, escribe sobre la paciencia, sobre la paz y la guerra.

Años después inicié un proyecto audiovisual donde entrevisto a personas que le gusta leer.  Invité a un amigo que ya no está en el país. Manuel Vélez conocido como Tigre, en la entrevista comparte una experiencia lectora con los cuentos de Herman Hesse de su libro “Pequeño mundo”. Habla con dolor, con desahogo, y con admiración sobre esos cuentos, pero sobre todo uno en especial. Años después mientras uno busca la literatura y la literatura te encuentra, pude adquirir ese libro, en el centro, lo leí, muy bueno, una escritura simple pero profunda al mejor estilo de escritor Premio Nobel de la Literatura en el año en 1946.

Hermann Hesse escribió sobre Alemania, sobre ser alemán, sobre ser europeo, y como todo eso influenció en su vida, en su mente y en el mundo. Siguió su camino a pesar de la admiración o el odio de los lectores de sus libros. Luego muchos años después me encuentro en el Museo del Táchira y leo una recopilación de cuentos de Hesse. Por cuestiones inexplicables lo empiezo a leer y me doy cuenta que son cuentos fantásticos, de ficción, pero con una creatividad muy fina, volví a quedar marcado de nuevo con su obra. Hay una frase de él sobre la poesía que me gusta mucho, la comparto: “Hacer versos malos depara más felicidad que leer los versos más bellos”.

Y entre mis últimas o más recientes lecturas sobre este gran escritor, está “El lobo estepario” un libro que mezcla la realidad con la fantasía, y que nuevo el protagonista es la misma búsqueda del ser, camino y búsqueda del protagonista y del escritor, un libro que tiene algo de autobiográfico, y que fue muy leído en el mundo, todavía lo leen. Este libro lo había escuchado y me lo habían recomendado toda la vida, desde hace como 10 o 15 años, bueno valió la pena la espera y el momento para leerlo. Las crisis espirituales que vivió Hesse se reflejan en su obra, de la forma más narrativa, poética y artística posible. Actualmente leo algunas memorias, diarios del autor. También fue poeta, librero, pintor. Tuvo problemas familiares, con sus padres, por temas religiosos. Tuvo esposa, se separó de ella.

Herman Hesse es un autor indiscutido, de esos que llaman imprescindibles en el mundo de la literatura, su obra ha sido una de las más leídas, influyentes, incluso imitadas. Fue un escritor creativo, con mucha imaginación, pero sobre todo fiel a sí mismo. Escribió nuevos mundos, mundos posibles, pero también mundos muy reales, enfermos y patéticos. Escribió sobre la vida y la errancia en el camino, sobre la búsqueda y la unidad, Hermann Hesse fue feliz, pero atormentado, un poeta que se obstinó del mundo bélico y las guerras mundiales, amante de los gatos, de los libros, de la naturaleza. Queda seguir descubriendo, leyendo su obra, releyendo su búsqueda que en parte es la mía también, en parte la búsqueda de todos que vivimos en este mundo, ¡Qué viva El Lobo Estepario! 

Lic. Comunicación Social

Locutor de La Nación Radio

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