A sus 78 años de edad y luego de luchar con varias afecciones de salud, murió este sábado el fundador del Sistema Nacional de Coros y Orquestas Juveniles e Infantiles de Venezuela, el maestro José Antonio Abreu.
Abreu fue conocido como un luchador social quien siempre tuvo en mente una misión, la cual cumplió a lo largo de su vida: democratizar la música. Economista, político, gerente cultural, pero por sobre todas las cosas un firme creyente del poder transformador de la música, a la que se dedicó desde la composición, la ejecución del piano, el clavecín o el órgano, la dirección y la docencia.
«Dejó un gran legado moral, ético, cultural (…). Su obra está en los barrios de Venezuela», lamentó el presidente Nicolás Maduro en rueda de prensa tras un acto en el palacio de gobierno.
Nacido en la ciudad de Valera (estado Trujillo, oeste) el 7 de mayo de 1939, Abreu fundó en 1975 «El Sistema», exitoso plan estatal para la difusión de la música entre niños y jóvenes de zonas populares y cuya cara más visible es el director de la Filarmónica de Los Ángeles, Gustavo Dudamel, formado en el seno del proyecto.
Abreu, conocido en Venezuela como «El Maestro», fue músico y político, con un PhD en Economía Petrolera de la Universidad de Pennsylvania, en Estados Unidos. Muy cuidadoso con su vida personal, no se le conocen esposa o hijos.
El modelo que impulsó, replicado en unos 50 países, hizo que Abreu recibiese reconocimientos como el Premio Internacional de Música de la UNESCO en 1993 y el Príncipe de Asturias de las Artes en 2008.
Llegó a ser postulado al Nobel de la Paz.