Contrarreloj juvenil femenino llevó Candela
16 de noviembre de 2024
Freddy Omar Durán
Desde hace un buen tiempo, Gonzalo Díaz ha estado empeñado en la lucha de devolver el orden vial al cruce de la prolongación de la avenida Francisco Javier García de Hevia o Quinta Avenida, con la avenida 19 de Abril, lo que le ha acarreado un conflicto que a sus 78 años ha afectado su salud física y mental.
Él dice que no va a declinar su lucha, a pesar del desconocimiento que denuncia haber recibido por parte de instancias públicas con potestad de prestar soluciones.
Al respecto ha recurrido al Departamento de Vialidad de la alcaldía local, solicitándose la inspección y aplicación de la ley sobre un problema que implica al servicio público de transporte y una empresa de mototaxis.
De la mencionada oficina recibió la promesa, desde finales de agosto, de erradicar el relajo de las busetas que agarran de paradas esquinas, misma que ha hecho conocer a la Gobernación del estado Táchira y al Consejo Legislativo Regional.
Considera que además de la violentación de la normativa de tránsito, se está produciendo contaminación ambiental, visual y sónica, en tanto desde tempranas horas de la mañana choferes y ayudantes de las busetas invitan desde la madrugada a gritos, llamando a los usuarios a subir a las unidades.
Para Díaz, de 80 años, la situación no solo no mejora sino que empeora, e incluso le ha acarreado amenazas contra su integridad y buena honra, por lo cual se han tenido que expedir órdenes de alejamiento que, para colmo, no son acatadas.
Asegura que se está violando el artículo 170 del Reglamento de Transporte Terrestre, entre otros, pues sostiene el denunciante que se obstaculiza el paso de peatones y la zona reservada para personas con discapacidad.
Como propietario de un apartamento en la Urbanización Propatria, debe compartir estacionamiento con una línea de mototaxis allí presente y antes que ponerse de acuerdo la situación ha pasado a mayores, con insultos, obstaculización de su estacionamiento y destrucción de su vehículo.
De ese caso conoce, luego de diversas citaciones, la Fiscalía regional, la Policía Comunal, la Secretaría General de Gobierno, la Alcaldía de San Cristóbal y se llegó incluso a un acuerdo para que se respete al señor Díaz, y que ni siquiera terceras personas pueden aplicar el agavillamiento en su contra.
Denunció Díaz que incluso luego de salir de una de esas reuniones para lograr un entendimiento, recibió una llamada de Bogotá donde se le amenazó.
–El puesto para mi vehículo que yo tenía desde el año 1980 fue ocupado por otro vehículo particular vinculado a la línea de mototaxis, luego de que yo denuncié la obstaculización que se presentó de mi vehículo en la alcaldía. El día sábado estacionan sus 10 motos frente a mi casa, en un sitio que no ha sido el asignado inicialmente, colocando un cono en la vía pública. Yo tengo más derechos que ellos como uno de los propietarios del edificio– anotó Díaz.
Conmina al director de Vialidad Municipal a tomar cartas en el asunto y apoyarse en los funcionarios de la Policía Municipal para devolver el orden a tanto caos:
“Mi salud está siendo afectada porque hay 15 personas que todos los días están haciéndome la vida imposible”.
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