LA GRATITUD mejor y más efectiva es la que no se evapora con simples frases, pues esta se convierte en la palabra más noble que es el decir gracias a quien bien se lo merece, pues creemos que es la expresión más excelsa de todo ser humano… Y EN ESE SENTIDO, compartimos plenamente con lo expresado por el abogado y político Carlos Casanova en su columna del sábado 9 de noviembre a raíz de la renuncia a su alto cargo del obispo Mario del Valle Moronta, tras arribar a sus 75 años, dejando un cuarto de siglo de ellos marcados por el ejemplo de sus ejecutorias a lo largo de su actividad sin paralelo al frente de la diócesis de San Cristóbal… SE JUBILA de acuerdo a los preceptos del Concilio Vaticano II, un pastor ejemplar que ha dejado honda huella en nuestras almas y nos deja la nostalgia de una administración plena de fe, de amor y de talento al frente de sus funciones… FUE EL QUINTO prelado que asumió la conducción de la grey católica en el Táchira, y llegó en medio de un suceso social que estremecía para entonces las esperanzas de los venezolanos imbuidos en su afán de cambio y prosperidad… FUE MONSEÑOR Mario del Valle Moronta no solo un conductor de fieles desde el estricto punto de vista religioso, sino un conductor del pensamiento por una justicia social que lo llevó a enfrentar un sistema que precisamente en estos veinticinco años que le tocó estar al frente de sus deberes cristianos, no se han cumplido de acuerdo a las esperanzas ofrecidas… SIN LUGAR a dudas, monseñor Mario del Valle Moronta debe estar dichoso y feliz por la misión cumplida, pues no ató sus ideas de acuerdo al vaivén de los acontecimientos, sino que reclamó cuantas veces pudo el estado de abandono de nuestros pueblos, dejando una estrella luminaria que continúa exigiendo bienestar no solo moral sino de paz y amor en esta tierra bendecida por Dios.
…..
Y ESTO, es todo por hoy.
…….
DIOS los bendiga, ¿Saben?
VICTOR MATOS