El caso tuvo como escenario la ciudad fronteriza de Cúcuta, en Norte de Santander
Jonathan Maldonado
A los 12 años, Andrés Leonado perdió contacto con su madre, María Pacheco. En ese tiempo, sus padres se separaron y el adolescente quedó bajo la custodia de su papá.
María se fue de la casa con su hijo mayor, Jairo. Andrés Leonardo y su padre migraron a Venezuela, país donde vivió por 15 años. Frente a la crisis, regresó hace cinco años a Cúcuta y decidió emprender la búsqueda de su progenitora.
El tiempo transcurría y no tenía rastro de su pariente. Fue al barrio donde vivió, y nadie le daba información de ella. En los primeros días de noviembre, por coincidencia de la vida -otros lo califican de milagro-, el joven de 32 años se hallaba en un parque de la ciudad, cuando una persona se acercó a pedirle un cigarrillo. Él se lo dio.
Esa persona, habitante de calle, en tono de broma, le indicó que se parecía mucho a una mujer, habitante de calle también, que frecuenta el parque. Andrés Leonardo volteó la mirada hacia donde estaba la ciudadana. En ese instante, no le prestó mucha atención.
Sin embargo, la frase quedó navegando por su mente y, al día siguiente, acude nuevamente al parque. Ahí estaba la mujer, se acerca y, tras sostener una conversación con ella, descubre que sí se trata de su progenitora, quien llevaba años en condición de calle.
«Ella recordó mi nombre y el de mi hermano, Jairo», relató quien no solo encontró a su madre tras cuatro lustros sin saber de ella, sino que la rescató de la calle y tendrá una vida digna. La misión, ahora, se centra en hallar a Jairo, quien, al parecer, vive en Medellín.
La Policía Metropolitana de Cúcuta le prestó todo el apoyo a la ciudadana en el proceso de reinserción social.