Tránsito fluido por el Simón Bolívar
22 de noviembre de 2024
Eduardo Marapacuto
La “Operación Militar Especial” de Rusia en Ucrania a partir de febrero de 2022 marcó un antes y un después en la geopolítica mundial, convirtiéndose en un conflicto que ha ido escalando hacia los peldaños de la magnitud y desencadenado una serie de tensiones geopolíticas que continúan reverberando en el tablero del ajedrez, donde algunos líderes mundiales perfilan sus jugadas con la precisión y prudencia requerida; mientras que otros toman decisiones con desprecio por la vida y en contra de la humanidad. Precisamente, ante el avance de la victoria rusa, el actual gobierno norteamericano autorizó al régimen ucraniano a utilizar misiles de largo alcance para atacar a Rusia. Como un peón del imperio gringo, Zelenskyy cumplió la orden y comenzó el ataque.
Como respuesta inmediata, el martes 19 de noviembre, hace tres días, el presidente de Rusia, Vladimir Putin, a través de un Decreto firmó la actualización de la Nueva Doctrina Nuclear rusa, que abre las posibilidades de ampliar el uso de armas nucleares como una respuesta clara y de contundente advertencia a los Estados Unidos de Norteamérica, quien autorizara recientemente al régimen de Ucrania a atacar a Rusia con misiles de largo alcance.
Efectivamente, la Nueva Doctrina Nuclear de Rusia, ya actualizada, establece los principios y condiciones bajo los cuales Rusia podría utilizar su arsenal nuclear contra Ucrania, contra Estados Unidos y sus aliados de la OTAN. Así, además de una guerra de largo alcance, también sería el inicio de la Tercera Guerra Mundial, que en opinión de muchos expertos sobre armas nucleares, sería el fin de la humanidad. Ojalá que entre los puntos claves de esta escalada predomine la racionalidad del ser humano. En todo caso, los EE.UU serían los sepultureros de la humanidad, porque son ellos los que con su gobierno, su Estado y su aparato militar siembran el odio y la violencia en todo el mundo.
Ahora bien, la reciente actualización de la Doctrina Nuclear Rusa, refleja un cambio significativo en la estrategia de defensa de la Nación y tiene profundas implicaciones geopolíticas; porque en un contexto global marcado por tensiones cada vez más crecientes, especialmente Estados Unidos y el resto de los países de la OTAN, Rusia ha reafirmado su postura de que el uso de armas nucleares es una opción legítima para proteger su soberanía y responder a amenazas en latencia- tendencia y de tiempo real. Uno de los aspectos más resaltantes de la actualización de la doctrina es que Rusia está dispuesta a considerar el uso de su arsenal nuclear no solo como un último recurso, sino como una herramienta para disuadir agresiones, incluso en conflictos donde las fuerzas convencionales están en juego, desestabilizando aún más la seguridad a nivel mundial y aumentando el riesgo del inicio formal de la Tercera Guerra Mundial, lo que has sido considerado como la posibilidad del fin de la humanidad.
Desde este espacio decimos que lo más importante en estos tiempos de tensión, es importante el diálogo y la racionalidad, para que se avance en encontrar el equilibrio internacional y para eso tiene que haber voluntad política de los líderes de las naciones para tomar las mejores decisiones y salvar a la humanidad de su extinción. Eso sería lo ideal.
La nueva escalada del conflicto Rusia -Ucrania apenas está comenzando y es difícil hablar de un final claro, ya que hay una compleja interacción de factores políticos, militares y económicos que serán determinantes, bien sea para alcanzar acuerdos sostenibles y duraderos, o bien sea para potenciar la escalada del conflicto hacia la Tercera Guerra Mundial. No obstante, es importante destacar que la dinámica es cambiante y serán los acontecimientos en los campos de batalla y de la política, los que definan el destino de la guerra y la humanidad.
*Politólogo, MSc. en Ciencias Políticas.
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