Las mascotas son las principales víctimas de la Navidad, pues sucumben ante el estallido de la pólvora. Ayúdale a superar la crisis. (Ver video el Método Tellington)
Humberto Contreras
Digamos que usted está descansando en su habitación. Relajado y preparándose para el sueño. De repente un gran estampido invade los espacios. Su respuesta instintiva, es la activación de todo su sistema defensivo, primero tratando de descifrar de donde viene el estampido, y haciendo cálculos a millón, para entender “qué y dónde fue eso”, y simultánea e instintivamente, ya está preparado para correr o refugiarse, lo más fácil que esté a la mano.
Todo ello ocurre casi que instantáneamente.
Esa reacción, que se encuadra dentro de lo que es el instinto de supervivencia, se aplaca casi de inmediato cuando su cerebro, que no ha parado de escudriñar a toda velocidad para saber lo ocurrido, entiende que no hay peligro. Y vuelve entonces la paz y la tranquilidad.
Este proceso mental y fisiológico, amigo lector, ocurre también en el cerebro de los animales, cuando escuchan la explosión de los fuegos artificiales, pues no están acostumbrados a esos estampidos. La diferencia entre ellos y nosotros, es que su cerebro no pasa de la fase en que siente que está en peligro su vida, pues no tiene la capacidad de análisis, para descifrar lo que realmente ocurre, y tranquilizarse al entender que sólo es pólvora.
En ellos, su cerebro solo dice “Me voy a morir, me voy a morir”. Sienten pánico extremo, terror, ante la impotencia de hacer algo por su vida. Ellos aúllan, ladran, maúllan, y en su exasperación por salvarse, buscan refugio, sea metiéndose en cualquier rincón de la casa, todos temblorosos, o simplemente se van a la calle y corren desesperadamente, sin control, sin rumbo, desorientados, carrera que termina muchas veces bajo las ruedas de un auto, o en un infarto fulminante.
Mascota y pólvora
En esta época de Navidad, muchos animales sufren por los estruendos de la pólvora. Tanto la fauna silvestre, como nuestras mascotas domésticas, y en especial los animales en condición de calle. Centenares de mascotas desaparecen de sus casas, muchos de ellos sin retorno, huyendo de los estampidos pirotécnicos. Otros muchos mueren en la huida desesperada, atropellados o infartados por la conmoción que padecen. Pero los humanos siguen “disfrutando” de la quema de pólvora.
Los efectos del sonido de la pólvora en los animales domésticos, son muy fuertes, distintos y más severos que en las personas, no solo por la capacidad humana de entender la realidad del momento, sino porque perros y gatos tienen la sensibilidad auditiva mucho más aguda que la nuestra.
Su sentido del oído soporta una intensidad sonora de 85 decibeles, pero el ruido de la pólvora alcanza entre 190 y 200 decibeles, más del doble de lo que ellos pueden asimilar, lo cual, por pura lógica, les genera angustia, desesperación y estrés.
Por ello, las mascotas pueden desarrollar un miedo desproporcionado ante esa situación que ellos entienden como una amenaza mortal inmediata. Ello les puede producir taquicardia, episodios de epilepsia o vómito, y en casos severos, fallas en el sistema circulatorio o hipotensión.
Generalmente acuden a la huida, cuando hay facilidades para ello, a veces saltando para irse por las ventanas. Las mascotas que están embarazadas pueden abortar. Otras consecuencias comunes, son pánico, ansiedad, náuseas, infartos, desorientación, aturdimiento y, en casos extremos, la muerte.
Para proteger la mascota
En casa se recomienda destinarle un espacio en una habitación, en el baño o un sitio similar, donde se ubica con sus juguetes y sus trapitos, sábana o cobija. Cerrar la puerta y las ventanas para reducir el ruido y evitar que salga despavorido. Cierra las cortinas para evitar los fogonazos de las explosiones. Trata de no dejarla sola, pues tu compañía ayudará a que se sienta más segura.
Se puede aplicar el método Tellington, que consiste en colocar una especie de bufanda en el torso del animal, (el link sobre este método al final del artículo). Ello estimula la circulación de su sangre y liberará las tensiones.
Otra opción es ponerle música de relajación en alto volumen (sin percusión) para intentar opacar el ruido de la pólvora. Busca en internet (you tube) opciones de música relajante para animales y encontrarás gran variedad apta para perros y gatos.
Una recomendación, en la medida de lo posible, es sacar la mascota a caminar durante el día, con mucho ejercicio, para que el cansancio les ayude a tranquilizarse en las noches de pirotecnia. Si se esconde en algún lugar dentro de la casa, debe dejarse quieto y no tratar de sacarle; si se pone ansioso, no lo regañes ni lo encierres. Juega con él y sus juguetes preferidos, para distraerle. No es recomendable abrazarles o acariciarles en esos momentos, pues eso les refuerza su comportamiento.
Otros consejos válidos, según expertos, es sensibilizar su perro o gato, por lo menos 15 o 20 días antes de las fechas claves. Busque en YouTube sonidos de pólvora y reprodúzcalos a su lado, subiendo un poco el volumen cada día. Utilice música para calmarlos, la cual se consigue en YouTube (Música para Perros o para Gatos). Háblele con naturalidad y en un tono suave hasta que se calme.
Si amas a tu mascota, ¡ayúdala a superar su crisis!
Video Método Tellington