Jonathan Maldonado
Cada día, la localidad de La Parada, en el municipio fronterizo de Villa del Rosario, gana más espacio como terminal informal a cielo abierto. Carros de línea y los llamados piratas, de placas venezolanas, ofrecen el servicio de transporte hacia San Cristóbal o Rubio.
Solo basta con bajarse de la buseta o taxi que arriba a la zona, provenientes de Cúcuta, para conocer las ofertas. “¡A 20 mil pesos hasta San Cristóbal y a 25 mil hasta la puerta de su casa!”, gritan los “jaladores” de pasajeros.
Los carros están estacionados a un costado de la autopista que conduce al puente internacional Simón Bolívar. «Estar en el terminal de San Antonio es secarse esperando que lleguen pasajeros. Prefiero ofrecer el servicio acá, es mucho más rentable», detalló un conductor consultado.
Es consciente de que se trata de una competencia directa para los compañeros que aguardan en el puerto terrestre de la Villa Heroica o en la avenida Venezuela: “Cada quien se las ingenia para buscar sus pasajeros”.
Los usuarios ven cómoda la oferta, pues no tienen que cruzar la aduana de San Antonio del Táchira en busca de un carro por puesto o buseta. Pasan directo desde La Parada hasta San Cristóbal o Rubio.
Ante la casi nula acción de las autoridades por contrarrestar los terminales clandestinos, cada conductor halla la forma de no dejar que las diversas opciones con las que cuenta el usuario en la actualidad, lo paralice por completo.
A las 5:00 a.m., empiezan a llegar los taxis a la avenida Venezuela, en espera a que el puente internacional Simón Bolívar reanude su paso (6:00 a.m.), y así cruzar a La Parada a captar pasajeros, donde empieza la gran competencia.