Opinión

Rectificación y adaptación en la gran pantalla

15 de diciembre de 2024

22 vistas

Francisco Corsica

Bueno, ya estamos en la última quincena del año. Es difícil de creer, pero aquí estamos, mirando cómo los días pasan sin piedad. Sin embargo, esta rápida travesía de los meses ha sido un ciclo lleno de retos, obstáculos, cambios inesperados y acontecimientos que marcarán a las actuales y futuras generaciones.

Por ejemplo, en Venezuela, uno de los eventos más trascendentales fue la celebración de las elecciones presidenciales el 28 de julio. Además, hace apenas unos días, el régimen de Bashar al-Ásad llegó a su fin en Siria, lo que, sin duda, marcará el inicio de una nueva etapa en la historia de ese país devastado por años de guerra. No podemos olvidar que, al margen de estos hechos, se han producido muchísimos otros eventos de igual trascendencia.

Ya estamos a punto de cerrar este capítulo. Y, como es habitual, diciembre trae consigo una invitación a la reflexión, a las pausas necesarias y a la celebración de lo que hemos logrado y superado. En este contexto, tal vez sea el momento de hablar de algo un poco más liviano, algo que invite a la relajación y al disfrute.

Es probable que, debido a las circunstancias, haya dejado de lado temas que solían ocupar mis reflexiones. Uno de ellos, que siempre llama la atención de las personas por ser una fuente inagotable de esparcimiento, es el cine. La última vez que hablé sobre ello fue en agosto de 2023, cuando el fenómeno del «Barbieheimer» estaba en pleno auge.

Afortunadamente para las grandes compañías de Hollywood, el éxito de esas dos cintas no fue un fenómeno aislado. Desde que la pandemia golpeó con fuerza y el streaming se consolidó como la nueva forma de consumo audiovisual, la industria ha tenido que adaptarse a una realidad muy distinta a la que conocíamos.

Las salas ya no se llenan con la misma frecuencia ni con el mismo fervor de antes. Es una lástima porque, aunque los servicios de streaming nos ofrecen una comodidad sin igual y una vastísima oferta de contenido desde la comodidad del hogar, la experiencia de sentarse en una butaca, rodeado de oscuridad, con la pantalla gigante y la vibrante atmósfera compartida sigue siendo algo que no tiene comparación.

Y es que, además de este fenómeno estructural, hay algo aún más preocupante para los fanáticos de este tipo de arte: la evidente falta de creatividad que parece acosar a las grandes productoras. Si uno se detiene a observar, se percatará de que las casas productoras hoy en día se aferran desesperadamente a fórmulas probadas. La mayoría de las grandes producciones son secuelas, precuelas, spin-offs o, aún más arriesgado, reinvenciones de los clásicos.

Las historias originales, frescas, que nos sorprendían con nuevos enfoques y giros inesperados, han quedado relegadas a un segundo plano. En su lugar, el cine se ha convertido en un catálogo de franquicias, un carrusel de sagas que se estiran y se desgastan hasta que ya no ofrecen nada nuevo.

Si bien no se puede negar su éxito masivo, este fenómeno podría ser el desencadenante de una crisis futura. ¿Cuántas películas únicas o primeras han sido triunfos taquilleros este año? La respuesta es bastante alarmante. Para encontrar una película completamente nueva que haya alcanzado el top, tendríamos que descender bastante en la lista.

De las primeras 20 películas con mayores recaudaciones, todas son secuelas, precuelas o adaptaciones de obras previas. Para encontrarse con la primera auténtica, habría que bajar mucho más en el ranking. La más taquillera del año, por ejemplo, fue “Intensa-Mente 2”, de Disney-Pixar, que alcanzó la astronómica cifra de 1600 millones de dólares.

Pero, ¿por qué esto podría representar un problema real para el futuro fílmico? Porque las franquicias que hoy dominan la pantalla grande fueron en su día ideas novedosas, sin ramificaciones ni segundas partes. Al día de hoy, cada una de ellas están siendo explotadas una y otra vez; y sí, cada nueva ampliación resulta exitosa en taquilla, sin que deje de notarse que hay un desgaste inevitable en la fórmula.

A medida que las franquicias actuales se saturan, la industria enfrenta un dilema muy serio: ¿cómo se crearán nuevas sagas si los triunfos originales están brillando por su ausencia? Y lo que es peor: ¿Qué sucederá cuando estas, que hoy son las que llenan las salas de cine, lleguen al punto de agotarse por completo? Preguntas difíciles de responder.

No obstante, en medio de este panorama de repetición y falta de riesgo, parece haber una pequeña rectificación por parte de la industria, que poco a poco ha comenzado a reducir el contenido políticamente correcto, esa tendencia que se había instalado con fuerza en los últimos años.

Este ajuste, aunque modesto, ha permitido la llegada de nuevos éxitos taquilleros, como si el público comenzara a cansarse de una narrativa homogénea y anhelara historias más auténticas, menos influenciadas por un guion que busca agradar a todos, pero que al final termina por no conectar con nadie. Lo que busca la gente es una experiencia inmersiva, una historia que la atrape, que la haga reír, llorar, pensar o simplemente desconectar de la realidad. Temporalmente, Hollywood perdió esa brújula.

Uno de los ejemplos más claros de este fenómeno fue “Lightyear”, el spin-off de uno de los personajes más queridos de la franquicia de “Toy Story”, que venía con una enorme expectativa tanto por su vínculo con una saga fabulosa como por el respaldo de una compañía tan poderosa como Disney.

Si bien la película generó controversia por una escena que fue prohibida en muchos países, lo cierto es que ese hecho en particular no fue lo que realmente afectó su desempeño. El verdadero problema radicó en la falta de solidez de la historia. Terminó siendo una película lenta, confusa y con un ritmo que no lograba enganchar a los espectadores.

Esto es particularmente extraño cuando se trata de una empresa como Disney. El resultado fue una película de la que se esperaban grandes ganancias y que terminó siendo un fracaso de taquilla, lo cual no solo representó pérdidas millonarias, sino que sirvió como una advertencia para la industria en general. Y lo más triste del caso es que no fue la única. Afortunadamente para ellos, esa racha empieza a terminarse.

A grandes rasgos, este es el nuevo esquema bajo el cual se mueve el séptimo arte. Habrá tiempo de seguir ahondando en estos tópicos. De momento, tocará seguir abordando las festividades que se avecinan. Otro tema ligero, este año ya fue lo suficientemente convulsionado en otras áreas como para seguir cortando esa tela en días tan bonitos.

¡Quieres recibir el periódico en la puerta de tu negocio!

1 Mes

  • 3 Ejemplares semanales
  • Entrega gratis (Delivery)
  • Aviso impreso 2×5
  • Descuento del 5% en publicidad Digital
  • Osequio de Instagram
    1 Post 1 historia

Mensual
54.000 Cop

Pago único

Suscribirse

3 meses

  • 3 Ejemplares semanales
  • Entrega gratis (Delivery)
  • Aviso impreso 2×5
  • Descuento del 10% en publicidad Digital
  • Osequio de Instagram
    1 Post + 1 historia
  • Descuento del 5%

Mensual
51.300 Cop

Pago único

Suscribirse

6 meses

  • 3 Ejemplares semanales
  • Entrega gratis (Delivery)
  • Aviso impreso 2×5
  • Descuento del 20% en publicidad Digital
  • Osequio de Instagram
    2 Post + 1 historia
  • Descuento del 5%

Mensual
48.600 Cop

Pago único

Suscribirse