Aunque parecen inofensivas, las llamadas luces de bengala son de alto riesgo especialmente en manos de niños
Humberto Contreras
La Navidad es una época de alegría, reuniones familiares y tradiciones arraigadas. En muchas partes del mundo, estas festividades se acompañan del estruendo de la pólvora y otros fuegos artificiales. Aunque esta práctica añade un toque de brillo y emoción a las celebraciones, también conlleva riesgos significativos para la salud y la seguridad.
El uso de la pólvora durante la Navidad es una costumbre que se ha transmitido de generación en generación. En algunos países, se cree que el ruido ahuyenta los malos espíritus y atrae la buena suerte en el año venidero. Sin embargo, esta práctica ha evolucionado con el tiempo, pasando de ser una simple tradición, a convertirse en un verdadero espectáculo pirotécnico.
Pero detrás de la belleza de los fuegos artificiales se esconden numerosos peligros. Todos lo sabemos. La manipulación inadecuada de la pólvora puede causar quemaduras graves, amputaciones y, en casos extremos, la muerte. Además, el ruido ensordecedor generado por las explosiones puede afectar la salud auditiva, especialmente en niños y mascotas. La contaminación ambiental es otro problema asociado, ya que libera partículas finas y gases tóxicos que pueden perjudicar la calidad del aire.
Muchos saben y conocen los riesgos, incluso, de sucesos en los cuales se ha visto involucrado alguien cercano. Pero es bueno repetir las advertencias. Se debe saber que las piezas pirotécnicas una vez encendidas generan temperaturas de más de varios miles de grados, que según expertos es suficiente para fundir oro. Sin embargo, en Navidad, millones de caras sonrientes de niños y jóvenes se encienden de felicidad al ver brillar estos fuegos artificiales, casi siempre en su desprotegidas manos.
Sin ninguna preocupación, hay quienes se las dan a los niños para que jueguen con ellas, como ocurre con las luces de bengala. Conocedores y víctimas, de los riesgos que significan estos aparentemente inofensivos “palitos de estrellas”, dicen que si las luces de bengala fueran un invento nuevo, lo más probable es que a la mayoría de los padres no les gustaría la idea, y de ninguna manera, se las darían a sus hijos de seis años de edad.
Sólo en el Reino Unido, se señala, la mitad de las lesiones relacionadas con fuegos artificiales están vinculadas al uso de luces de bengala. Con todo y eso, para muchas personas, agitar una bengala es la experiencia que marca los festejos típicos decembrinos.
Origen de la pirotecnia
No hablamos del uso de la pólvora en los conflictos bélicos, que bastante uso ha tenido. Hablamos de los fuegos artificiales y su uso en los hogares, durante la conmemoración de la Navidad, lo cual ha dejado secuela en todas partes, de personas quemadas o mutiladas y de incendios destructivos, por culpa del encendido irresponsable de una luz de bengala, de un “triquitraki”, o de cualquier producto que se adquiere en el mercado normal, para ser quemado y explotado en casa o cerca de ella.
llinicos de Heliópolis, parece haber sido el responsable de la primera producción de fuegos artificiales que se sostienen en la mano, alrededor del año 670. La primera noticia sobre ellos, registrada en Inglaterra, fue en la boda de Enrique VII en 1486, según datos históricos. En el siguiente siglo, la reina Isabel I tenía un sirviente dedicado exclusivamente a montar espectáculos con pólvora.
Sin embargo, una pista de cuándo aparecieron formalmente, es el uso del aluminio, del que se tiene registro, en fuegos artificiales, en 1894. Ese es el material que le da a las luces de bengala su esplendorosa brillantez.
Un llamado a la conciencia
Es cierto que las luces y estallidos de pólvora, alegran la fiesta navideña. Pero según se señala, el costo en víctimas, tanto personas como mascotas, debería ser suficiente para tratar de cambiar esa costumbre. Es fundamental promover una celebración navideña más segura y responsable.
Una consulta en IA, dice que hay alternativas, más seguras. Existen numerosas opciones para celebrar la Navidad, dice, sin poner en riesgo la salud y la seguridad de los demás. Y cita: Decoraciones luminosas, música, juegos y actividades en familia, son algunas de las alternativas que pueden hacer de estas fiestas una experiencia inolvidable.