Justo al frente de la iglesia Sagrada Familia, en San Antonio del Táchira, persiste un bote de aguas blancas que crea una especie de riachuelo que termina desembocando en una alcantarilla.
Más adelante, a no más de 200 metros, hay otro bote. El agua se desplaza por la vía principal y está a punto de llegar a la altura de la entrada al terminal de pasajeros.
Constantemente, usuarios de la concurrida vía y vecinos del sector, instan a los funcionarios de Hidrosuroeste a atender la situación ya que, a diario, se pierden miles de litros cuando en algunos barrios las casas se mantienen sin el preciado líquido.
Aunque semanas atrás, Hidrosuroeste solventó una de las fallas, el escenario reincidió y, este martes 24 de diciembre, el agua corría sobre el asfalto.
Jonathan Maldonado