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11 de enero de 2025
Los contenedores regresaron a los puentes y los retiraron a las horas
Jonathan Maldonado
El cierre de frontera agarró de sorpresa a muchos. El anuncio lo hizo el gobernador del estado Táchira, Freddy Bernal, cerca de las 5:00 a.m. de este viernes. Varios grupos de ciudadanos llegaron a la aduana principal con la certeza de que el trayecto lo abrirían a las 6:00 a.m., como es habitual.
«Voy a perder mi trabajo», soltó Cecilia con la angustia tallada en sus ojos. Otros ciudadanos se acercaban con el mismo afán, pues laboran en Cúcuta, y un día sin acudir puede significar el despido. «Yo vendo pasteles en un local de la ciudad», prosiguió.
Cecilia les imploró a las autoridades que la dejaran pasar, pero el intento fue infructuoso. «Nosotros recibimos órdenes», era la respuesta de los funcionarios de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB). «Solo hay canal humanitario para casos de emergencia sanitaria», apuntaban.
Y fue así. Un grupo de especialistas de la salud, junto a Migración Venezuela, se encargó de liderar el permiso a casos específicos: Pacientes renales, oncológicos, cardíacos y cualquier otro caso que revistiera urgencia para la persona. Al mediodía ya habían pasado más de 100 casos.
Los trasbordos fúnebres también se han permitido. Hubo dos ataúdes que ingresaron a Venezuela por el puente que une a San Antonio del Táchira con La Parada.
Regreso de los contenedores
En la madrugada de este viernes fueron instalados los contenedores casi en la mitad de los tres pasos formales que hay en el eje San Antonio-Ureña: Simón Bolívar, Francisco de Paula Santander y Atanasio Girardot. Sin embargo, a las horas, fueron removidos de los puentes.
El escenario había generado gran preocupación para los ciudadanos de frontera, quienes interpretaron la acción como una posibilidad de que el cierre se extendiera por más de tres días. La remoción de estos elementos significó un alivio para muchos.
Despliegue militar y vallas
En medio de una frontera desolada, con escaso tránsito de vehículos y de transeúntes, se divisó durante el día gran presencia de militares en la calle, un gran grupo concentrado en la Redoma de Cementero, con sus equipos antimotines.
Las vallas estaban atravesadas en cada cuadra de la avenida Venezuela. Por ahí no podían circular ni carros ni motos. Hacia Peracal, el acceso a San Antonio era muy restringido. Solo aprobaban la entrada de casos de emergencia. La gente se sintió aislada.
El silencio reinante fue interrumpido por la actividad que realizó el oficialismo cerca de la aduana con el propósito de acompañar la toma de posesión del presidente Nicolás Maduro. Allí hubo baile y fuegos artificiales.
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