Crear mejores seres humanos: la gran vocación del maestro
15 de enero de 2025
“Cerrar un caso y ver que ellas avanzan, deja una gran satisfacción. Así sea una sola que salga adelante”
Norma Pérez
Cuando en 2017 se agudizó la crisis económica en Venezuela y su núcleo familiar comenzó a dispersarse por el mundo, en busca de mejores oportunidades laborales, Morella Useche decidió hacer frente a la soledad y se involucró en un programa de atención social.
Esta tachirense, profesional del Derecho, egresada de la Universidad de Los Andes en 1986, siente que nació con la vocación de ayudar, la cual afloró desde su infancia. Dice que de niña era “la defensora del pueblo”, no toleraba las injusticias; defendía a sus compañeros de estudio. Además de seguir los pasos de su papá, Evelio Useche, uno de los abogados pioneros en la entidad.
“Me quedé sola en Venezuela, y junto con un grupo de compañeros de la asociación civil Amigos de Junín empecé a formar parte de un proyecto de comedores solidarios en zonas vulnerables, donde se atienden niños de cinco a nueve años de edad”.
En ese ámbito empezó a observar a las mujeres que llevaban a los niños al comedor: “A muchas de ellas se les notaba que eran maltratadas. La mirada triste, su posición corporal, la manera de caminar, de hablar, las delataba”.
Para conocer su situación y buscar cómo ayudarlas, realizaron una encuesta que arrojó indicadores importantes y dieron inicio a un ciclo de charlas, a las que agregaron dinámicas:
“Preguntábamos si consideraban que los gritos, un empujón o un pellizco eran maltrato, y respondían que no. Esto encendió las alarmas y tuvimos la oportunidad de desarrollar un proyecto con el respaldo de la organización de desarrollo social Uniandes, orientado a la atención legal y psicológica a mujeres víctimas de violencia basada en género”.
Al proyecto se incorporó la psicóloga Lucy Torres y obtuvieron resultados positivos: “Hubo muchas revelaciones, pues logramos determinar casos de mujeres que sufrían un alto grado de violencia. Les dimos atención psicológica y legal. Éste ha sido nuestro bastión, un voluntariado al que le hemos dado continuidad. Extendimos las charlas a centros educativos, comunidades y consejos comunales”.
Ante el considerable número de casos, aplicaban un instrumento denominado “violentómetro”, similar a una regla con la que se miden los grados de violencia. Sube del color amarillo al rojo y está numerada del 1 al 30.
“Hubo una mujer que comentó que de los treinta grados, ella iba en el número 22 y no se había dado cuenta que era víctima de violencia de género. Esto nos afianzó más en el deseo de seguir ayudando y sensibilizando. Pienso que la desinformación es una de las razones que conduce a que las mujeres sufran de violencia. Caemos en la evolución del patriarcado y la sumisión desde toda la vida”.
Proyecto de ordenanza
Después de esta experiencia, a finales del año pasado, un equipo de AmiJunín, del que Morella Useche forma parte, presentó ante el Concejo Municipal un proyecto de ordenanza:
“La situación en Junín es fuerte, inclusive en violencia sexual. De allí que consideramos la importancia de trabajar en un proyecto denominado Ordenanza sobre la división de atención a la mujer, igualdad y equidad de género en el municipio Junín. Lo presentamos ante el Concejo Municipal en diciembre del 2024, con gran aceptación por parte del alcalde Jackson Carrillo. Esta oficina estará adscrita a la División de Gestión Social”.
Se contempla fomentar y mantener la salud física, mental, sexual y reproductiva para lograr el bienestar de la mujer de forma integral, y el de los demás miembros de la familia.
“Proponemos que las personas que las atiendan sean mujeres, porque si vienen de sufrir violencia a manos de un hombre, no le es fácil sincerarse con otro hombre”.
Otros aspectos a tratar son la igualdad en educación y formación; se incluyen los valores de confidencialidad, no discriminación, celeridad, gratuidad, ética, justicia y eficiencia. Acompañarlas en el proceso para que se sientan seguras.
“Una de las causas que impide denunciar es la inseguridad y el miedo. Hay temor por las represalias, pues muchas veces se desestiman las denuncias y el agresor está libre. También, por quedarse solas o porque no tienen para dónde irse. Es comprensible que sientan miedo”.
Considera que la violencia se presenta en cualquier ámbito de la vida, no necesariamente en los estratos más vulnerables, sino que puede estar presente en cualquier familia. La dependencia económica y emocional son otras de las condiciones. Es fundamental que se ofrezca atención psicológica para que entiendan que lo que les pasa no es normal.
“Pudimos apreciar en el desarrollo del proyecto, el incremento en la trata de personas. Lamentablemente las mujeres creen ciegamente en lo que un desconocido les ofrece por teléfono o por las redes sociales”.
Este contexto se agrava por la cercanía del Táchira con la frontera con Colombia, pues las invitan a Cúcuta y las engañan con promesas de ofertas laborales económicamente muy atractivas.
“Algunas veces siento que crear conciencia y sensibilizar es muy duro, pero nunca las voy a cuestionar, porque una gran mayoría se enfrenta a graves situaciones de carencias económicas. No sabemos cuánta necesidad pasan, más cuando tienen hijos pequeños”.
Agradece que la paciencia esté entre sus cualidades y que haya recibido una educación con sólidos valores familiares:
“Los valores que tenemos, no nos los quita nadie. Me siento orgullosa de haber recibido una educación donde me inculcaron el respeto por los demás y eso me lleva a dirigirme hacia los derechos humanos. Pues de eso se trata, respetar al otro para hacer valer sus derechos”.
También, haber tenido la oportunidad de consolidar sus conocimientos en esta área, a través de la formación que le ofreció Uniandes y el Fondo de Población para las Naciones Unidas, pues todo lo aprendido le ha servido para avanzar en el desarrollo de su valiosa labor.
“Este trabajo es fuerte, porque vivimos experiencias terribles y hasta poco creíbles. Es complejo, pero enriquecedor, Siento que con cada sobreviviente que ayudemos a salir del maltrato es un gran logro. Así sea una sola. Cada vez que cerramos un caso y ver que ellas avanzan, es una gran satisfacción. Esto me deja deseos de seguir haciéndolo. Hay que despertar la conciencia en todas estas personas que sufren y padecen circunstancias adversas en un momento determinado”.
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