En un escenario donde repicaron las campanas y se entonaron cantos, fue recibido en la iglesia San Agatón de Palmira, monseñor Lisandro Rivas, nuevo obispo de la Diócesis de San Cristóbal, este domingo 19 de enero, a las  tres de la tarde.

En el atrio de la iglesia lo esperaron el párroco fray Reinaldo Chirinos y el padre Alcides Vásquez, ambos de la congregación Agustinos Recoletos, orden que regenta esta parroquia, desde hace muchos años.

Luego del saludo en la entrada del templo, recorrió el obispo, la nave central, mientras saludaba y bendecía  a los feligreses, una vez llegó al altar se inclinó ante el Santísimo y oró.

Ya ubicado en el altar mayor, se dispuso a  escuchar las palabras de bienvenida donde resaltaba  que  este pueblo lo recibía con beneplácito, la ciudad peregrina lo acobija con su cariño y estima, destacaba el mensaje.

Palmira pueblo de artesanos, labradores, maestros, músicos, poetas, militares, sacerdotes, religiosos y religiosas, gente noble y trabajadora le da la bienvenida.

Monseñor expresó:  “Me siento emocionado, conmovido. Con alegría me reúno  esta tarde para celebrar con ustedes esta fiesta de su patrón,  San Agatón, que ha encontrado en el corazón de Palmira,  un lugar donde poder impulsar, animar y acompañar  este hermoso pueblo”.

Desde sus andanzas como misionero, sacerdote y pastor, recordó,  había escuchado que Palmira era el pequeño Vaticano de Venezuela y lo ha ido confirmando descubriendo paso a paso las  comunidades religiosas, entre ellas el Seminario Santo Tomás de Aquino, que hace vida en esta parroquia de este santo.

“He venido con el propósito de desgastarme y de entregarlo todo  para que ustedes tengan vida en Jesucristo, en las columnas del pueblo y de iglesia católica tachirense como son el Cristo del  Rostro Sereno y Nuestra Señora de la Consolación” resaltó.

Agradeció los gestos de agradecimiento cargados de espiritualidad de valores cristianos que van creciendo en el corazón de las familias tachirenses. “Estoy a su servicio. Oren por mí”.(Nancy Porras)