Una vida escrita en 100 años, cumple el 2 de febrero el Seminario Diocesano Santo Tomás de Aquino, considerado como uno de los centros eclesiásticos más importantes de Venezuela.
Su sede está en una colina de la aldea Toico, municipio Guásimos, lugar con una vista impresionante de San Cristóbal y donde se siente una profunda paz.
Alberga la formación de más de 300 seminaristas al año, siendo el instituto de formación pastoral más destacado en el Táchira y en la región andina.
Primeros pasos
El fundador del Seminario fue monseñor Tomás Antonio Sanmiguel, primer obispo de San Cristóbal, quien al poco tiempo de haber llegado a la nueva diócesis abre las puertas del Seminario Menor, cristalizando el acuerdo del 25 de octubre de 1923 del Episcopado venezolano sobre la necesidad de fomentar las vocaciones eclesiásticas.
Correspondería a Rafael Arias Blanco, segundo obispo de San Cristóbal, abrir el Seminario Mayor.
La continuación de este centro de formación sacerdotal estuvo a cargo de monseñor Alejandro Fernández Feo, tercer obispo de la diócesis, quien ayudó a la creación del Instituto Universitario Eclesiástico Santo Tomás de Aquino (IUESTA).
Años en una casa
Comenzó a funcionar el Seminario Santo Tomás de Aquino en una casa, en la calle 4 entre carreras 5 y 6, continua al Palacio Episcopal, en el centro de San Cristóbal.
Abrió sus aulas el 2 de febrero de 1925 y las matrículas fueron expedidas desde el 20 de enero. Pagaron los estudiantes semi-internos una pensión mensual de 60 bolívares para cubrir, además del costo de educación, el almuerzo y la merienda.
Los internos cancelaron 100 bolívares para educación, alimentación. También debían llevar una cama, sábanas, un baúl con servilletas, toallas, ropa interior y trajes para el interior, uno debía ser negro para presentase en público.
Segundo hogar
El 2 de enero de 1925 el obispo diocesano, a través de una carta, se dirige a los fieles manifestando su alegría al ver los inicios del Seminario cuyo nombre sería Seminario Conciliar de San Cristóbal, designando como rector al padre Pedro Buffet, al tiempo que fijó el 3 de febrero como día de apertura de las clases con 40 alumnos.
Funcionaría el seminario en su primera sede, en la calle 4, hasta 1930. El hecho del aumento de las vocaciones sacerdotales obliga a pensar a un traslado hacia un espacio más amplio y comienza la construcción de la planta física en la carrera 14, actual sede de la Universidad Católica del Táchira, que en 1929 estaba prácticamente listo, siendo ocupado en 1930 bajo la mirada del obispo, monseñor Rafael Arias Blanco; pero pronto comenzó a sentirse estrecho y emprende monseñor Alejandro Fernández Feo el proyecto de una nueva sede.
Contó con la colaboración del Episcopado de Alemania y del Gobierno nacional.
En una colina, luce hoy su sede
Entonces se inició este complejo arquitectónico en 1958 en las colinas de Toico, necesitándose cinco años para construirlo y dejarlo inaugurado el 15 de agosto de 1963, es la sede donde hoy funciona esta institución religiosa.
Este complejo está construido en un área de 75 hectáreas, desarrollado dentro de la arquitectura contemporánea, donde se aprecian el concreto y la simplicidad. Incluye las instalaciones deportivas, una piscina recientemente acondicionada y un aula magna, y dos capillas, utilizadas por unos 300 alumnos cursantes de bachillerato, y unos 72 por el Seminario Mayor. (Nancy Porras)