Néstor Melani-Orozco
Para ver desde la ventana de cada recuerdo a los 60 Años de la Ronda Mundial de San Sebastián en la capital tachirense qué bautizó el poeta Omar Meza como «Ciudad de la Cordialidad» es y será un acto de grandes recuerdos. Entonces a través del sonido de la guitarra andina, mi hijo Pepe Melani me describió las meditaciones a la ceremonia de la fiesta grande de América… “La Feria Gigante” como le solía decir. Desde sus inicios creada por la iniciativa de varios jóvenes aficionados que iban a Bogotá. A Cali. Manizales, y desde los sentires de España en el avión en esas tertulias y con el apoyo del arquitecto Santos Castillo. Quien era hijo del Gobernador de ese entonces. Se generó esa idea titánica donde se logró consolidar y como artífice Hugo Domingo. Ya la Feria se había adornado en el coso de La Concordia. Creando tres ganaderías: la de Rancho Grande, El Prado y La Consolación; luego vino Bella Vista en Delicias. La ganadería de Luis Gandica en La Fría. Y se construyó esa magnífica monumental bajo los cálculos del ingeniero Alejandro Galanti. Obra del arquitecto Santos Castillo. Fue donde vinieron grandes figuras. Como Antonio Bienvenida. Paco Camino. Rafael de Paula. Curro Romero. Cesar Girón. Los hermanos Girón. Luego figuras más nuevas, como Joselito. José Tomás. Enrique Ponce. El de la puebla del Río Morante. Javier Conde. Más el privilegio de doctorar jóvenes andinos. Cómo Jesús Colombo. Curro Zambrano. Más temprano hemos visto a Roca Rey. Emilio de Justo. Antonio Ferrera. El gran Fandi.
Y muchos que se me escapan que han logrado consolidar este repertorio de tardes en el gran Pueblo Nuevo. Adicional hemos tenido el privilegio de ver ganaderías como los Miura, toro estrella de los Domeq. Los famosos Victorinos. Y la de la hermana República de Colombia del médico Juan Bernardo Caicedo. El Paispampa. Y de México los famosos toros de Garfias. De los toros de Aurelio Zambrano y de la viuda de Campo Largo. Vino a San Cristóbal el Niño de La Capea. Sebastián Palomo Linares. César Rincón. Y esa baraja de toreros jóvenes como Jesús Colombo. Antonio Suárez. Fabio Castañeda. Rafael Orellana. Leonardo Benítez. César Vanegas. Manolo Vanegas. Y el gran maestro eterno, César Faraco, con Eloy Cavazos El Zotoluco. Alame. Y los grandes rejoneadores como María Sara. Lupi. Don Álvaro Domeq. Peralta. Y de la actualidad, Pablo Hermoso de Mendoza. Diego Ventura. Andy Cartagena. De bandas show, desde la interesante de Purdue. Que hacía un preámbulo antes de iniciar las corridas con una excelente coreografía en Ana Patricia la Macarena. Bailaora venezolana de renombre, creándose también la asociación de Abonados.
En la belleza de sus reinas. Los desfiles y el reto de los ciclistas de América. En la Compañía Anónima Plaza de Toros donde muchos sancristobalenses poseyeron acciones y el Estado en conjunto se logró crear una afición en el público andino. Fue donde se exigió y se formó de aficionados que hoy integran comisiones taurinas que le dan realce a la fiesta gracias a las exigencias y los valores de un hecho cultural. Sin olvidar el templete a Don Antonio Aragón. Hoy en día el complejo ferial más grande de Latinoamérica. Una fiesta que hechiza y contagia dicho el encanto que heredamos de nuestros ancestros criollos, hispanos y europeos. También se crearon peñas. Cómo la Casa Serizawa. La peña San Sebastián. Y muchas otras. Se realizaban festivales por las noches. Y de bien recordar los festivales taurinos. Siempre se quiso hacer uno a favor del novillero Marco Tulio. Que quedó cuadripléjico y nunca se pudo. El gran Santiago Morales trató que se diera. Y se logró consolidar la gran escuela taurina… Así entendimos las reminiscencias y desde las alboradas, las campanas de sus iglesias y la carta de amor escrita en los versos…
Para escribir desde la Canción de Hugo Murzi y volver a sentir el Salón de Arte de San Sebastián. Donde 60 años de la Ronda taurina nos llevará a los 100 años de la dicha de la carretera Trasandina entre los retratos de cada recuerdo y los millones, aplausos del tiempo. De la verdad de Eutiquio Hevia. Y de los libros de Luis Hernández. De esta eternidad memorable poder contemplar en su caballo de picador a César Bolívar con su castoreño como un Quijote surcando de amor la historia de la gracia de ser en nosotros tachirenses, donde una paloma de la Paz llevará la semilla de una leyenda junto a la canción de Chucho Corrales hasta el azul de los sueños…
*Artista Nacional. *Presidente de la Comisión taurina de La Grita. *Maestro Honorario. *Doctor en Arte.