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31 de enero de 2025
Porfirio Parada
Polly fue escrita y compuesta por ahí en el año 1988. Llegué a ver gente de mi generación, mayores que yo, unos contemporáneos conmigo, escuchando Nirvana en casete, grabando las canciones en la radio, o teniendo varios casetes de los álbumes de la banda. He escuchado decir: “chamo yo era de los que tenía los casetes de Nirvana, los tenía guardado en una caja”. Se dice que el líder de Nirvana descartó la canción en el álbum debut llamado “Bleach” publicado en 1989 por la histórica casa discográfica Sub Pop, las razones por el ritmo y el estilo de la canción lejana a las exigencias del Grunge. La composición e influencia de la letra del tema fue basada de un hecho real. Kurt Cobain, guitarrista, alma de Nirvana, quedó impactado cuando leyó en el periódico una noticia sobre una violación a una niña de 14 años, que pretendía ir a un concierto de rock. El violador también la torturó, con un látigo, una navaja y un soplete.
Me gusta el rock desde que lo escuché las primeras veces. Ese registro de furia y rebeldía me marcó mi adolescencia. Escuchaba Nirvana por esos años y la veía como entre las grandes bandas, aunque ya no existiera. Una tarde en Barrio Obrero, fui a mi primer y único matiné. Estaban gente del Liceo Simón Bolívar, gente del salón donde estudiaba bachillerato, gente de otras secciones. Luego de escuchar varios géneros musicales, la mayoría de moda, empecé a escuchar el ruido estruendoso del rock, yo sin saber cómo se baila esa música o cómo moverse en público, vi y estuve por primera vez en la olla o el pogo cuando sonó Smell Like Teen Spirit, uno de los clásicos de Nirvana y de la historia del rock. De repente se hizo un círculo humano que se rompía con la intensidad de la música, entre golpes, empujones, choques, patadas, codazos. Yo me metí en el choque entre la novedad, sonriendo y empujando, entre la furia y el silencio de los 15 años.
Algunas veces uno sin saber un idioma puede transportarse o entender partes de las canciones. Yo descubriendo y conociendo de rock, sin saber para la época poco de inglés, me llamó la atención los acordes de Polly. Mencionando también el registro vocal que logró Kurt Cobain. La suavidad de su voz caótica. Enferma de tanto grito y de resacas del autosaboteo. Algunas veces la canción me tranquilizaba, otras veces vivía el silencio más allá de la interpretación, un vacío sin nombre o me producía reacciones melancólicas y extraños vínculos cuando la escuchaba, como si conociera la letra, la comprendiera, entiendo al mismo Kurt Cobain de su rabia y tristeza. Por esos años, comenzado el 2000, vi en repetidas veces por el canal de suscripción Mtv, el MTV Unplugged in New York de Nirvana grabado en 1993. Un memorable concierto acústico de Nirvana que con velas de ambiente luctuoso interpretan algunas de sus canciones conocidas, otras menos, y una que otra versión, significativa, por ejemplo la de David Bowie. Cuando empieza Polly, algunas personas aplauden emocionadas, y unos ovacionan en voz alta. La guitarra triste. El arreglo de los coros entre Kurt Cobain y el baterista Dave Grohl quedó bien hecho, a la altura de la canción. Dave Grohl tiempo después fundaría Foo Fighters.
El violador inventó llevarla a un paseo, y así fue, luego del placer depravado y retorcido, la niña confundida y violada, el hombre decide hacer una parada como si nada pasara en una estación de servicio, confiando erróneamente en su sometimiento, la niña logra huir entre el dolor, logra salvarse, hicieron la denuncia, y el violador quedó tras las rejas. En los medios de comunicación acordaron no decir el nombre de la niña violada. Eduardo Fernández, Edd Miller, el flaco, de lentes, que también escribe poesía, como sea, también toca guitarra, y lo vi cantar varias veces la canción Polly en la Residencia Girasol. Y después de muchos años, sigo escuchando la canción, me sigue gustando, incluso, increíblemente descubrí una versión de un disco compilatorio de Nirvana llamado: From the Muddy Banks of the Wishkah publicado en 1996, dos años después de la muerte de Kurt Cobain en 1994, por suicidio, con un arma, antes de morir dejó una nota, para su esposa y su pequeña hija. En la actualidad se sigue hablando de los orígenes de su muerte. Semanas antes del deceso, estuvo en un centro de desintoxicación por su adicción a las drogas. Pertenece a un grupo que el mundo los ha llamado el club de los 27 (artistas famosos que han muerto o se han suicidado a los 27 años de edad: Brian Jones, Jimi Hendrix, Janis Joplin, Jim Morrison, Jean-Michel Basquiat y Amy Winehouse) y esta versión que recién descubrí es como punk pero con mucho nivel, y su canto es salvaje, puro desahogo, quizás catarsis, gritando, con la pena atormentada en la garganta y en la guitarra.
Entre parte de la letra de la canción dice “déjame cortar tus sucias alas” “déjame dar un paseo, no te hagas cortes” en otra parte expresa “quiero algo de ayuda para ayudarme a mí mismo” y lo sorprendente de la historia es que Kurt Cobain recrea la desdicha de la niña desde los ojos del violador. Polly fue una canción que Nirvana interpretó en varias oportunidades en vivo. La mayoría de las veces el cantante solía verse sin sonrisa, mirada indefinible. Algunas veces me pasa que escucho otra música que pareciera que olvidara esa canción, pero otras veces me encuentro en la calle, en un café, en un bar, en cualquier lugar que no sea el mío, y de repente se escucha Polly, hay una expresión, una generación, un momento de mi historia que revive en la voz de Kurt Cobain, voz que se inmortalizó con su gran talento, continuando, expresándose en nuevas generaciones, en nuevos sitios de rock, en nuevas tertulias, en nuevos matiné.
Lic. Comunicación Social
Locutor de La Nación Radio
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