Freddy Omar Durán

Al ser uno de los puntos de ventas de flores más tradicionales de la ciudad, los comerciantes apostados dentro del Cementerio Municipal de San Cristóbal se quejaron de que la fiesta de san Valentín no les ha repercutido positivamente en su economía.

Esto lo adjudican no solo a la competencia de locales cercanos, además de otras personas que improvisan un tarantín solo ese día, sino al caos vehicular que se forma por toda la calle 16, lo que desmotiva a potenciales clientes a allegarse al tradicional punto de comercio.

La venta de flores y detalles por la calle 16 se hace prácticamente en la calle, y los chóferes prefieren pasar y de una adquirir el producto, sin siquiera bajarse del automóvil.

—Hay carros que ni pueden pasar, porque sacan toldos a mitad de la calle. Todo eso nos perjudica a nosotros que pagamos puntuales impuestos a la Alcaldía, canon de arrendamiento y servicios. Los que entran son clientes que son de uno, o que saben que aquí encuentran cosas y precios que no encuentran en otro lado— afirmó Dayana Sánchez, vendedora de flores en el Cementerio Municipal.

Esto es motivo de trancón, por supuesto, pero a esto hay que sumarle que la misma vía está en muy mal estado, con proliferación de huecos, lo que conlleva otra razón para irse por esos lados con cuidado.

Las líneas de transporte público urbanas y suburbanas prefieren abstenerse cruzar ese lugar y se desvían. Por ser un día especial y casi que único en lo que venta a flores y detalles se refiere, los comerciantes lo aprovechan al máximo, cerrando pasadas las 9 de la noche. Incluso reportaron que el caudal de compradores se intensifica al finalizar la tarde. (FOD)