Frontera
Migrantes viajan a la frontera por jornada de cedulación sin cita
17 de febrero de 2025
Muchos pasan la noche en las afueras del Centro Cívico, para lograr un número el sábado
Jonathan Maldonado
El “191” tiene su historia. Se trata de Francisco Bracho, migrante venezolano que viajó de Bucaramanga, en el departamento colombiano de Santander, hasta la frontera, para participar este sábado en la segunda jornada de cedulación sin cita en la ciudad de San Antonio del Táchira.
Bracho salió de Bucaramanga, donde lleva cuatro años radicado, a las 10:00 a.m. del viernes 14 de febrero. Se enteró de la jornada en el consulado y no quiso dejar pasar la oportunidad, pues tiene su documento de identidad extraviado y quiere viajar pronto a Punto Fijo, de donde es oriundo.
El joven migrante cruzó frontera a las 6:00 p.m. del viernes, luego de arribar a la ciudad de Cúcuta, cerca de las 4:00 p.m. Se dirigió a un hotel de la ciudad de San Antonio para garantizar el hospedaje; y a las 12:30 a.m. del sábado se fue al Centro Cívico, donde queda la Oficina del Servicio Administrativo de Identificación, Migración y Extranjería (SAIME), para hacer la cola. Le tocó el número 191.
«Necesito ir a mi ciudad de origen, Punto Fijo; y sin la cédula, se me hace difícil viajar», subrayó al precisar que el documento de identidad se le perdió y no ha tenido oportunidad de tramitarlo en otro lugar.
Bracho lleva cuatro años viviendo en la ciudad referida del vecino país. Allá se desempeña como chef en un hotel. «Otra de mis ideas con la cédula es acceder al pasaporte para irme hacia Europa, específicamente a España», acotó al calificar de positiva su experiencia en la nación hermana.

«No me puedo quejar, me ha ido bastante bien, mucho mejor de lo que me esperaba», prosiguió quien tiene casi un lustro sin ir a su ciudad, el mismo tiempo que lleva en Bucaramanga.
En este viaje exclusivo para cedularse, gastó de 70 a 80 dólares en transporte, hospedaje y comida. No ha sumado el retorno. «Si se dan las posibilidades espero regresar hoy; si no, me tocará quedarme de nuevo».
Al igual que este migrante, hay muchos otros que regresaron al país con el único propósito de renovar el documento de identidad. Con cédula en mano, cruzaron nuevamente la frontera, pero rumbo a Colombia, país que los ha acogido.