Frontera
Tachirenses se resguardan en el peso colombiano ante la inestabilidad de bolívar
26 de febrero de 2025
El peso colombiano no puede ser visto como un distorsionador de la economía nacional o tachirense, como lo han señalado algunos representantes del gremio comercial en la región, sino más bien es una forma de resguardo y protección financiara frente a la desconfianza generada por la acelerada devaluación del bolívar y la inflación.
Así lo detalló el analista en temas de frontera, William Gómez, al indicar que en lo que va de 2025 el bolívar, según la tasa del Banco Central de Venezuela (BCV), se ha devaluado en un 17,69% (11 bolívares), mientras que en 2024 registró una devaluación del 44,70% (30,90 bolívares), siendo el último trimestre el de mayor depreciación con 40,90% frente a un paralelo que se desvalorizó en 2024 en 69,31% (28,12 bolívares), teniendo el mayor impacto en el último trimestre con 51,33%.
Gómez explicó que estos indicadores acentúan aún más la desconfianza del venezolano hacia su moneda y lo lleva a hacer uso de divisas más fuertes y estables, en especial el peso colombiano para el tachirense.
Recalcó que la inflación en Venezuela al cierre de 2024, de acuerdo con el Gobierno, fue de 48%, mientras que fuentes privadas como Ecoanalítica la sitúan en 61,1% y el Observatorio Venezolano de Finanzas (OVF) en 85%. Puntualizó que la inflación en dólares en el país fue del 12% el año pasado y entre enero y febrero de 2025 va en 2,6%.
En el vecino país, prosiguió Gómez, la inflación cerró en 5,20% en 2024 y la devaluación del peso frente al dólar fue de 15,36% (590 pesos), de acuerdo con el Banco de la República de Colombia.
El analista de frontera resaltó que estos datos muestran la diferencia de la devaluación anualizada entre el bolívar y el peso, ubicándose la moneda nacional en 57%, según la tasa oficial del BCV, y con un paralelo en 72%, frente a un peso que cerró con una devaluación de 15,36%, y ha logrado apreciarse en 4,67% en los dos primeros meses del año en curso.
El peso aún reina en Táchira
William Gómez aclaró que aunque en gran parte del país las transacciones o medios de pago en bolívares recuperaron terreno frente al dólar en un 75%, en el Táchira el escenario fue distinto, ya que el uso del peso predominó en un 60% frente al bolívar con un 34% y el dólar en 6%, mientras el físico de los billetes del último cono monetario actual no son conocidos por los habitantes de la región.
«Si nos trasladamos a los municipios de frontera, el uso del peso es aún mayor al ubicarse en 90%», detalló al dejar por sentado que urge la reactivación de las casas de cambio para evitar que los ciudadanos acudan a establecimientos de cambio clandestinos con una tasa anclada al monopolio establecido en Cúcuta.
En torno a los productos que se venden en bodegas y puestos informales del Táchira, Gómez señaló que un 70% son de origen colombiano, mientras en frontera el porcentaje es del 90%, en vista de que la mayoría son más económicos que los productos venezolanos.
«Una parte importante de estos productos ingresan al país al menudeo por contrabando y otra parte bajo importación formal por la aduana», subrayó.
«Este escenario refleja la realidad del Táchira que es un estado multimoneda, donde se facilita el uso de monedas extranjeras, en especial el peso colombiano por su cercanía fronteriza con el vecino país, y la facilidad de tener efectivo a la mano», explicó el analista.
A modo de colofón, Gómez destacó que para los comerciantes, empresarios y población en general el uso del peso colombiano es un alivio financiero y una forma de resguardarse ante la volatilidad y la depreciación continua del bolívar que genera una alteración económica que da como resultado más inflación y menos poder adquisitivo.
«Lo ideal es poder retomar al 100 % el uso de nuestra moneda oficial, pero mientras no dé estabilidad y confianza la población se seguirá resguardando en monedas extranjeras más fuertes y estables».
Jonathan Maldonado