No cabe duda que anualmente los ojos del mundo por esta época, se dirigen a la celebración del Carnaval de Río de Janeiro en Brasil, en donde desde su sambódromo, miles y miles de personas celebran el desfile de sus comparsas con sus originales atuendos,  montados en sus carros alegóricos, ligeros de ropa de sus bailarinas, y desparpajo total que logra el arribo turístico cada año de más de un millón de visitantes.

Allí se desarrollan las celebraciones más alegres en homenaje al rey Momo en el lugar que ofrece una excelente vista aérea para disfrutar de sus exóticos desfiles al ritmo de la samba cuyas escuelas se han venido preparando desde el cierre de su edición anterior para salir en busca del aplauso y designación ganadora por parte de un jurado que desde el lunes pasado y hasta la víspera del miércoles de ceniza, cuarenta días previos a la Semana Santa, se ha convertido en el imán mundial que atrae a visitantes de todos los signos que se olvidan que el mundo da vueltas mientras se entregan al delirio de las carnestolendas.

Desde que llegó la magia de la televisión satelital, vemos en vivo y en directo el desarrollo de este evento sin paralelo en el mundo, que llena las retinas de millones y millones de seguidores de estos Carnavales de Río que son esperados cada año por la originalidad en su vestuario, el delirio de sus fantásticos atuendos y la destreza de sus danzantes de uno y otro sexo que cada año nos trae una novedad como para sorprendernos.

Víctor Matos