Pedro Morales /Omar Pérez Díaz
La espiritualidad, como dimensión fundamental del ser humano y elemento central de la comunidad universitaria según lo establece el Artículo 1 de la Ley de Universidades, se materializa en la práctica a través de manifestaciones concretas y verificables. Este análisis se centra en cómo la espiritualidad se vive y se desarrolla en el contexto universitario contemporáneo.
En efecto, es fundamental reconocer que la espiritualidad se caracteriza por su naturaleza transversal, permeando todas las dimensiones de la vida universitaria. Esta transversalidad implica que la dimensión espiritual no se limita a espacios o momentos específicos, sino que atraviesa y conecta los diferentes aspectos de la experiencia universitaria – desde la docencia hasta la investigación, desde las relaciones interpersonales hasta los procesos administrativos. Por consiguiente, como eje transversal, la espiritualidad actúa como elemento integrador que da coherencia y sentido a toda la actividad universitaria, manifestándose en cada aspecto del quehacer académico y social.
En particular, la dimensión espiritual se manifiesta primariamente como una búsqueda de sentido que trasciende lo meramente académico o profesional. Este impulso interior, que nos lleva a cuestionarnos sobre el significado profundo de nuestra existencia y nuestro papel en la sociedad, encuentra en la universidad un espacio privilegiado para su desarrollo. En este sentido, la comunidad universitaria, como espacio de interacción y crecimiento, proporciona el contexto ideal para que esta búsqueda se realice de manera sistemática y significativa.
Indudablemente, el desarrollo personal, como manifestación práctica de la espiritualidad, se evidencia en el proceso continuo de crecimiento y transformación que experimentan los miembros de la comunidad universitaria. Este desarrollo no se limita a la adquisición de conocimientos técnicos, sino que abarca el cultivo de valores éticos, la búsqueda rigurosa de la verdad y el desarrollo de una conciencia crítica y reflexiva. Por tanto, la universidad, como comunidad de intereses espirituales, facilita y promueve este desarrollo integral a través de sus diferentes actividades y programas.
De igual manera, la dimensión relacional de la espiritualidad se materializa en la construcción de vínculos significativos dentro de la comunidad universitaria. Estas relaciones trascienden lo meramente funcional para convertirse en espacios de crecimiento mutuo, donde la solidaridad, la empatía y el compromiso social se cultivan y fortalecen. Bajo esta perspectiva, el servicio a la comunidad y la participación en proyectos colectivos se convierten en manifestaciones concretas de esta dimensión espiritual.
Por otra parte, en el ámbito personal, la espiritualidad se expresa a través de prácticas reflexivas y contemplativas que promueven el autoconocimiento y el desarrollo de la conciencia ética. La búsqueda de la paz interior y el cultivo de valores universales no son meras abstracciones, sino realidades que se viven y se experimentan en el día a día de la vida universitaria. En consecuencia, estas prácticas personales contribuyen a la formación de profesionales más conscientes y éticamente comprometidos.
Asimismo, la dimensión social de la espiritualidad se manifiesta en el compromiso activo con la transformación de la realidad. La participación en proyectos sociales, la construcción de relaciones solidarias y el trabajo por la justicia social son expresiones concretas de cómo la espiritualidad universitaria impacta positivamente en la sociedad. Por ende, este compromiso social no es opcional sino inherente a la naturaleza misma de la universidad como comunidad de intereses espirituales.
Del mismo modo, en el contexto académico, la espiritualidad se expresa a través de la búsqueda rigurosa de la verdad, la integración de diferentes formas de conocimiento y el desarrollo del pensamiento crítico. Efectivamente, el compromiso con la excelencia académica se entiende no como un fin en sí mismo, sino como un medio para el desarrollo integral de la persona y la transformación positiva de la sociedad.
En definitiva, la integración de estas diferentes dimensiones – personal, social y académica – configura una espiritualidad universitaria que es a la vez profunda y práctica, individual y colectiva, contemplativa y transformadora. En consonancia con lo anterior, esta integración se manifiesta en acciones concretas y medibles que impactan tanto en el desarrollo personal como en la transformación social.
Cabe destacar que la vivencia práctica de la espiritualidad en el contexto universitario requiere espacios y programas específicos que faciliten su desarrollo. En estas circunstancias, estos pueden incluir actividades de reflexión y diálogo, proyectos de servicio comunitario, programas de desarrollo personal y profesional, y espacios para la integración de diferentes formas de conocimiento y experiencia.
En conclusión, la espiritualidad universitaria, lejos de ser un concepto abstracto o etéreo, se manifiesta en prácticas concretas y verificables que contribuyen al desarrollo integral de la persona y la transformación positiva de la sociedad. Esta dimensión espiritual, fundamentada en el Artículo 1 de la Ley de Universidades, constituye la base fundamental para sembrar valores y fomentar el respeto entre los miembros de la comunidad universitaria, propiciando una convivencia donde la solidaridad supera el egoísmo social que tradicionalmente ha neutralizado el desarrollo colectivo. De este modo, la espiritualidad se convierte en un elemento central y dinamizador de la vida universitaria, contribuyendo a la formación de profesionales no solo técnicamente competentes, sino también éticamente comprometidos y socialmente responsables.
¡Al final, el Inmaculado Corazón de la Virgen María triunfará!
Pedro Morales Profesor Titular ULA UNET Proyecto educativo: «Salve María Auxiliadora, economía de la salvación y de la felicidad verdadera» [email protected] / X: @tipsaldia | Dr. Omar Pérez Profesor Titular ULA Decano Vicerrector Decano de la ULA Táchira [email protected] / Instagram: @ulatachira.reporta |