“EL MUNDO DE HOY está ardiendo con las llamas del odio”; no lo decía ayer sino hace más de ochenta años el afamado psicoanalista alemán Karl Meninger, frases como si hubiesen sido pronunciadas por un futurólogo o cualquier analista político actual… FELIZMENTE a raíz del cónclave, uno de los más cortos de su historia, realizado en días pasados en Ciudad del Vaticano, en donde surgió el cardenal Robert Prevost, de 69 años, como el nuevo papa León XIV, este ha tomado como bandera luchar contra las guerras, acabar con el fragor de los cañones y llevar una paz duradera a los habitantes del planeta para que vivan en un mundo de amor, de creatividad para el bien del hombre del futuro y no su exterminio por ambiciones diabólicas… SE LE CONSIDERA a este seguidor del papa Francisco, como un hombre de visiones largas, de precisos métodos de reconciliación universal y de un profundo amor de los unos a los otros como debería ser desde ya que se vislumbran aires de concordia, por ejemplo con el anunciado encuentro mañana 15 de mayo en la ciudad de Estambul, Turquía, entre los líderes Volodomir Zelensky de Ucrania y Vladimir Putin de Rusia para iniciar las conversaciones de paz en un campo de batalla que se ha cobrado miles de muertos desde hace tres años para acá, y que hayan posibilidades de acabar con la espantosa guerra desatada en el Oriente Medio entre Israel y Palestina en la Franja de Gaza… AL PARECER tanto la India como Pakistán han logrado un acuerdo de alto al fuego permanente por su controversia con la región de Cachemira, aunque se mantienen focos bélicos en partes puntuales de África y Asia… DA LA IMPRESIÓN de que la muerte, como destino final de todo ser humano, sigue inventando litigios no para dejar este mundo por causas naturales, sino por la fuerza del odio, de la ambición, de la eliminación del vecino con tal de saciar apetitos de poder y violencia… OJALA SEAN oídas las palabras del Sumo Pontífice que está muy consciente de los peligros que azotan a la humanidad para que el liderazgo de las llamadas potencias industriales observen un sentido común y asuman su responsabilidad sobre el bienestar de las nuevas generaciones… ESPERAMOS sea oído y seguido en su exacta dimensión el mensaje de León XIV, ya considerado como el papa de la paz justa y permanente, y que un nuevo futuro se abra para los que desean disfrutar de una tierra fértil, llena de amor y en comunión con sus semejantes.
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Y ESTO, es todo por hoy.
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MENTIRAS universales:
“En el hombre no existe ninguna diferencia”.
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DIOS los bendiga, ¿Saben?
VICTOR MATOS