Precio del dólar este sábado
17 de mayo de 2025
Carlos Orozco Carrero
Lo que nos faltaba, cariños. Mis tíos Melquiades y Pulqueria entraron en el mundo de la imbombera colectiva donde estamos metidos todos hoy día. se llevaron a Como tú y a kalifa para una aldea de Pregonero y los dejaron donde Melecio para siempre. Ya no tienen importancia estos perritos en la casa. Y tanto que consentían los viejos a sus compañeros en el hogar. Ahora están cabizbajos, con un celular cada uno. Se queman las arepas y casi todo lo que ponen en la cocina. Las ollas se han ahumado y casi no hablan entre ellos. Pulqueria agarra unas posiciones en la cama y se retuerce para “chatear” y revisar consejos de “expertos” en recetas de comida y remedios infalibles contra los pasmos y los trompicones que se dan los viejos contra las puertas cada vez que se levantan en las mañanas. A veces pregunta por Como tú y reconoce que el perrito ya estaba viejo. Cosas de la modernidad que nos apabullan poco a poco.
Se llenó Casa Bodegón en Barrio Obrero. Mucha gente atendió la invitación para su inauguración y desde ya los éxitos se hacen notar debido a la atención esmerada de sus propietarios. Vimos en las redes sociales a la representación genuina de Los Amigos de La Ermita para darle categoría y estilo a este establecimiento que marca pauta por estos días en la capital del estado.
Recuerdo que mi mamá estaba planchando un pantalón de kaki para completar todo el montón que se había lavado en mi casita en días anteriores. Pasé por su lado y caminé arrastrando los alpargates para salir a la calle. –Así caminan los locos, me gritó desde donde estaba la mesa de planchar. La ignoré y seguí por el patio, buscando salir de la casa. De repente, sentí un golpe en la pata de la porra y el sol entró a mí hogar. Me toqué y pude ver sangre en mi mano. La puntería de mi madre era extraordinaria. Había vaciado una poncherita de peltre donde tenía agua para ablandar el rudo kaki. –Me reventó, mamá. –Venga rápido para ponerle café, papito. Me acerqué llorando y ella, amorosa, me puso un emplasto de café húmedo en el sitio donde había acertado con su tiro poncheril. Me dio un besito en el cachete y me recordó que son los locos los que arrastran los pies al caminar. Recordé a Armando Manzanero cuando dijo: -Contigo aprendí…En cada esquina una historia.
Usted podrá pasar hambre hereje y hasta dormir en el frio piso de un cuarto sin techo. Aguantará el caminar unas 50 cuadras para llegar a destino y hasta dejar de visitar a sus amigos más íntimos en su larga vida, pero quedarse sin datos en su celular es imposible sobrellevar por estos tiempos. Son los castigos de la modernidad, que llegaron disimuladamente a escarbar la paz de los sepulcros, cariños. Y eso que nosotros estamos en la primera ola del desarrollo mundial. Los quiero ver dentro de unos añitos, cariños.
70 años no es un día, amigos. Buena comida y muchas felicitaciones llegaron por las vías acostumbradas. Un kerosene clarito para celebrar y dar gracias al Creador del universo por permitirme la vida. Haber nacido en Pregonero, el pueblo más lindo en combinación con La Grita. Estar con mi familia maravillosa y contar con los mejores amigos del mundo mundial. Es la felicidad que se palpa en cada instante de esta existencia que me regalaron Araceli Carrero y Benedicto Orozco. ¡¡Dios es grande!!
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17 de mayo de 2025
